martes, 10 de noviembre de 2015

Teoría del disparate



El vuelo sin retorno de los catalanes hacía tiempo que se estaba viendo venir pero nuestros actuales gobernantes no le prestaban la menor importancia.  Ayer, lunes 9 de noviembre, el Parlament catalán votó por 73 votos a favor y 62 en contra empezar lo que los independentistas llaman “la desconexión con España”. Una auténtica barbaridad que no hace más que enlazar con nuestra Historia  donde el disparate siempre supo campar  a sus anchas por nuestra Piel de Toro. El resultado de las urnas el 27-S en votos reales demostró sin reservas que los partidarios de no desmembrar a Cataluña de España (52%) superaban a los independentistas (48%) pero el fundamentalismo nunca atendió a la llamada de la razón. ¡Faltaría más (Mas)! Para el conjunto de los españoles (fundamentalmente para los catalanes) sería una muy mala y triste noticia que Cataluña se fuera de España. ¡Ahora! el Gobierno español ha puesto en marcha la maquinaria burocrática-administrativa para frenar esta locura por medio de las leyes que legitiman un Estado de Derecho. Los independistas ya han dejado meridianamente claro que no obedecerán ni acatarán las normativas legales de un Estado (el español) al que después de la votación en el Parlament ya no se sienten vinculados. El señor Artur Mas en su discurso de investidura se olvidó de pronunciarse sobre los presuntos y múltiples casos de corrupción de la familia de su Padrino político.  “La pela es la pela”, que diría aquél que se  lleva  calentito a Andorra el dinero de los contribuyentes. Hubiera bastado que ante una innegable y mayoritaria petición en Cataluña para pronunciarse sobre su futuro el Estado español hubiera sido más generoso promulgando una consulta, vía referéndum, con todas las de la Ley (¿os suena lo ocurrido con Escocia?). Estos días viene uno leyendo, viendo y escuchando opiniones de las más variopintas (afortunadamente muchas de ellas llenas de sensatez). Personalmente, como a millones de españoles, me provocaría una gran tristeza que Cataluña dejara de ser española. Allí siempre estuvo la vanguardia artística, cultura y política de este sufrido país nuestro. No debíamos olvidar que se les dio cobijo y trabajo a miles de andaluces que huían del hambre en verde y blanco. Ignoro como terminará esta disparatada “aventura” y, lamento constatar, que no tengo mucha fe en nuestros gobernantes actuales.  España hace tiempo que es un Estado sin estadistas y eso, a corto o medio plazo, siempre se termina pagando. Lo cierto es que la Teoría del disparate se ha puesto en marcha. Agarrarse que vienen curvas por la montaña rusa del el Tibidabo.



Juan Luis Franco – Martes 10 de Noviembre del 2015



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