lunes, 22 de junio de 2015

Trampantojos del alma





Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis pararon un momento para que sus caballos bebieran en la Fuente del Avellano. Juana “La Macarrona” pierde una cinta celeste de su pelo mientras baila por Bulerías en la Alameda de las Alamedas del mundo. En la Alcaicería de la Loza un capirote de nazareno se bambolea al compás del viento que le llega desde La Alfalfa. Un Rey moro llora amargamente desde su destierro privado para siempre de los soles y las lunas de La Alhambra. Desde Tenerife una Candelaria chicharrera de mares abiertos sueña cada día con las callejuelas de la Judería sevillana. Un avaro recuenta sus doblones haciendo caso omiso del eco lastimero de la calle que reclama una “limosnita por amor de Dios”. Eternos hambrientos de pan y justicia pisotean en los lagares las uvas de la ira.  El negro que tenía el alma blanca conoce ¡por fin! al blanco que tenía el alma negra.  El Cirineo de San Isidoro se seca el sudor de la frente a sabiendas de que, “gracias” a los humanos, para Aquel que porta la Cruz aún queda un largo trecho de camino.  Mozart manda callar a la alondra mañanera para poder escuchar a Manuel Vallejo. Por la Bahía de Algeciras una mágica guitarra desprende en la noche  soniquetes de eterna orfandad. Los monos de Gibraltar roban de los veladores los bolsos de las señoras turistas. La Divina Comedia siempre está pendiente de su definitivo epílogo. Santa Teresa entra en Sevilla y, lo más importante, Sevilla entra en Santa Teresa.  El mundo gira y gira y ya nada es lo que parece. Los dioses deben estar locos para seguir dándole cuerda a los relojes de arena. Trampantojos del alma.


Juan Luis Franco – Lunes Día 22 de Junio del 2015

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