miércoles, 22 de octubre de 2014

Camelando que es gerundio





Estamos ya relativamente cerca de unas nuevas Elecciones Municipales. Las últimas encuestas que leo en la prensa sevillana no dejan en muy buen lugar la gestión de lo que un día se llamó el “Zoidazo”. La gente aprecia pocos cambios positivos en la Ciudad.  A don Juan Ignacio Zoido los votantes sevillanos (muchos me consta que nunca antes habían votado a la Derecha) le dieron una amplia mayoría para que pudiera gobernar. Sin duda la mayor que ningún candidato a la Alcaldía de Sevilla consiguió nunca.  Es justo reconocer que la herencia recibida (cosa que era de dominio público) fue demoledora. Los que se fueron dejaron las arcas tan vacías que, a efectos estructurales, poco o nada podía emprenderse en la Ciudad.  Un dispendio que nos tocará pagar a nosotros, nuestros  hijos y nuestros nietos.  Pero si los análisis los dejamos aparcados en las lindes de los que se fueron mal vamos.  El señor Zoido asumió, creo que erróneamente, la Presidencia del PP andaluz y esto le distrajo de dedicar todo su tiempo y energía a una Ciudad tan sumamente castigada por el Paro y otras cuestiones sociales. Reconozco que este no es el sitio para desarrollar un profundo y detallado análisis sobre las causas del fiasco que ha supuesto el “Zoidazo”.  Doctores tiene la “Iglesia” sevillana que en los próximos días se encargarán de analizar la gestión del “Mandamás” de la Casa Grande.  Creo de todas formas que  las próximas convocatorias electorales (locales, regionales o nacionales) nos mostrará el fin de las mayorías absolutas.  Agradecer, eso si, que en la gestión de Zoido hayan estado ausentes los casos de corruptelas y mangoletas varias.  Con la que está cayendo es algo muy a tener en cuenta.  Paseo cada mañana por el Centro de la Ciudad  y poco o nada me gusta lo que veo (de mi Barriada mejor ni les cuento). Ahora que ya se divisa en el horizonte el brillo de las urnas han sacado a relucir algo que llaman pomposamente las micropolíticas.  Se trata de destinar una partida importante a las mejoras en barrios periféricos y en el adecentamiento de parques y jardines (por cierto: todos en un estado lamentable).  Los sevillanos en uso de su legítimo derecho democrático tendrán al final la última palabra. Expresarán en las urnas si hay continuidad o cambio. Sinceramente es desesperanzador comprobar como cambian los Equipos de Gobierno municipales sin que la Ciudad lo note para bien.  Siempre se utiliza el futuro como elemento salvador de todos nuestros desvelos.  Lo cierto es cada vez me gusta –nos gusta- menos tocar temas de la actualidad política sevillana en los Toma de Horas. ¿Sirve para algo clamar en el desierto?  ¿Sabrán los sevillanos diferenciar el trigo de la paja?  ¿Con la irrupción de “Podemos” como quedará configurado políticamente el nuevo Ayuntamiento? Veremos que ocurre el próximo Mayo.  Mientras, no estaría de más que cada sevillano mire por su Ciudad como lo suele hacer por su casa.  No podemos continuamente culpar a los mensajeros del contenido de los mensajes.  El cartero por estos lares siempre llama dos veces y en no pocas ocasiones lo hace hasta tres, cuatro, cinco, seis, siete…….. La cuestión es que siempre nos resulta más cómodo no abrirle. La culpa de nuestros males está íntimamente ligada a nuestro ancestral pasotismo.  Camelando que es gerundio.

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