lunes, 17 de marzo de 2014

Ética y Religión cristiana



Al referirse a la ética decía el recordado y añorado José Luis Aranguren: “Hay capítulos de la ética que no sabría como abordar si, de algún modo, no lo hago desde la religión”.  Nunca he tenidos reparos en asumir que mi formación humana e intelectual está impregnada de conceptos económicos marxistas y de brotes sociales de verdadero humanismo cristiano. Que la plasmación del marxismo en un comunismo burocrático e inmisericorde desembocara en el asesinato de millones de personas (acusadas de revisionistas) no altera los postulados éticos del marxismo. Que el cristianismo jerárquico a lo largo de la Historia haya colaborado activamente en la masacre de personas inocentes no interfiere en la doctrina de un Jesús Redentor. Cuando una Religión (en definitiva: una manera de pensar, sentir y actuar) se convierte en un dogma de fe escrito con la sangre inocente pierde de manera brutal cuanto la ética tiene de racionalidad. Curiosamente, en la Era de Internet, la Filosofía y la Teología han sido enterradas –interesadamente- por considerarse ambas disciplinas obsoletas.  Los tratados de Bertrand Rusell,  Enrique Miret Magdalena, José Luis Aranguren o Manuel Sacristán que tanto contribuyeron a la formación intelectual y humanística de mi generación han sido barridos por el paso del tiempo. Asumir hoy la Religión cristiana sin un desarrollo profundo de la ética se nos termina configurando como algo tan banal como carente de profundidad.  Temerosos de Dios asistimos a misa los domingos; rendimos culto a nuestras imágenes más queridas por cercanas; salimos de penitente (si es Martes Santo lo tenemos complicado) una vez al año y practicamos la caridad cuando nos sobra alguna monedilla en nuestro bolsillo. ¿Y ya está todo hecho?  ¿Qué papel jugamos entonces individual y colectivamente en la Sociedad actual?  ¿Política y socialmente no tenemos nada que decir y, sobre todo, hacer?  ¿Qué significa hoy ser un buen cristiano?  ¿Le queda todavía algún recorrido al marxismo después de la masacre estalinista?  Muchas preguntas y muy pocas respuestas.  Cuando el ser humano pierde el sentido de la ética pierde, en definitiva, su brújula existencial.  No nos engañemos: nos roban de continuo porque nos dejamos robar mansamente.  Cuando el pájaro enjaulado vive pendiente de su diaria ración de alpiste poco le importa ya su falta de libertad.  Quítale al Cristianismo su alto concepto de la ética y se quedará flotando en los crucifijos de las cabeceras de las camas.  No estaría mal que, de cuando en cuando, les preguntemos a los conductores de los “rebaños” quien o quienes se quedan con el dinero de la lana que nos esquilan.

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