domingo, 21 de julio de 2013

El croar de las ranas



 
Sevilla está mal, muy mal. Andalucía está igual o peor. España es un barco a la deriva lleno de piratas. Europa funciona –como siempre- a dos velocidades: la del Norte y la del Sur. Hombre rico; hombre pobre.  El mundo según de que parte hablemos está como está. Los ciudadanos de cualquier parte del universo descubrieron hace tiempo que los políticos (de todo signo y condición) defienden prioritariamente sus intereses y los de la Empresa que los mantiene y encumbra (el Partido). Dicho esto conviene hacer algunas matizaciones: sin dudar no estamos ante la peor época que ha padecido la Vieja Europa (recordemos la trágica II Guerra Mundial que provocó millones, millones y millones de muertos). Tampoco debemos olvidar los ciudadanos que la Democracia es la única forma racional que tenemos para la defensa de las libertades. La misma se asienta en Partidos democráticos; Sindicatos independientes; Organizaciones empresariales y el necesario poder cívico plasmado en Organizaciones sociales y/o culturales. Esto es la teoría pero la práctica deja bastante que desear y así nos va. El necesario contraste de opiniones se ha convertido en un circo mediático donde siempre prevalece el exabrupto, la grosería y las descalificaciones personales. Al mismo acude un público manipulado que lo mismo suele aplaudir fervorosamente una opinión que la contraria. Desgraciadamente lejos queda en el tiempo un programa tertuliano de cuando la tele era en blanco y negro llamado “La Clave”.  Dirigido magistralmente por José Luis Balbín y su inseparable pipa los contertulios debatían sin interrumpirse ni faltarse al respeto. Se escogía una película acorde con el tema a tratar y a la finalización de la misma se abría un clarificador y jugoso debate. ¡Tiempos aquellos enterrados hoy por los mercaderes catódicos! Ahora hasta los frikis de por la tarde se atreven a “pontificar” sobre todos los males políticos y sociales que nos aquejan. A la clase política actual (salvo honrosas excepciones) se le nota en demasía que han ido poco a clase y han pervertido cuanto de noble tenía un Arte donde se fundía la Política con la Filosofía, la Economía y la Sociología.  Han convertido lo político en una profesión tan bien remunerada como pésimamente desarrollada. Aburren por su discurso monocorde, burdo y carente de dialéctica.  El PP dice que lo que hace es inevitable y que la culpa la tiene los que dejaron medio hundido el barco español. Los del PSOE no dicen nada por encontrarse en la actual y difícil coyuntura muy cómodos en la Oposición. Los Partidos pequeños esperando pescar en ríos revueltos. Los Sindicatos… ¡Ufff... vaya papelito el de los Sindicatos!  Tan solo la Sociedad Civil es capaz de reaccionar democráticamente ante tal cúmulo de despropósitos.  Están croando las ranas por los estanques vacíos y nadie parece hacerles caso.

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