domingo, 14 de abril de 2013

Republicanos




A la memoria del insigne periodista sevillano Manuel Chaves Nogales

En 1931, tal día como hoy un 14 de Abril, se proclamó en España la Segunda República. Mucho se ha escrito sobre tan importantísimo acontecimiento histórico y no poco desde el sectarismo, el oportunismo y la falta de objetividad. También, justo es reconocerlo, se ha historiado con rigor tan convulsa y magnificada etapa española. Fue un soplo de aire fresco para unas clases populares hartas de periodos caciquiles y abusos políticos de todo tipo (¡lagarto, lagarto...!). La gente se echó a la calle masivamente para festejar lo que se preveía como el esperanzador comienzo de una nueva época para las clases más desfavorecidas. Los acontecimientos posteriores, hasta desembocar en una cruenta Guerra Civil, son de sobra conocidos. Curiosamente la República era una “madre” sin hijos reconocidos (y sobre todos reconocibles). Pocos, muy pocos, fueron los que se consideraron republicanos de verdad y amantes sin fisuras de la verdadera Democracia.  Los comunistas (que hoy abogan continuamente por la Tercera) veían a la Segunda Republica solamente como un puente para desembocar en la “Dictadura del Proletariado”. Los anarquistas, entonces con una fuerte implantación social, abogaban por la abolición de cualquier forma de Estado (incluyendo lógicamente la República). La Derecha más reaccionaria, socavó el periodo republicano para volver a la antesala del “Ordeno y Mando” donde se sentían –siente- en su “salsa”. Posiblemente en una parte de las filas socialistas era donde se daban un mayor número de verdaderos y comprometidos republicanos. Hombres como don Julián Besteiro, Fernando de los Ríos o el mismísimo Antonio Machado simbolizaban lo mejor de la Segunda República. Civismo, cultura, solidaridad, democracia e igualdad figuraban en las intenciones de estos egregios republicanos.  Justo es reconocer que en un segmento de la Derecha española más democrática también se abogó por la consolidación de la Segunda República. Valga como ejemplo el Partido Liberal Republicano comandado por don Niceto Alcalá Zamora (a la postre primer Presidente de la Segunda República). Insisto: la Segunda República nació malherida y con todas sus cartas marcadas para desembocar en la tragedia.  Mi educación sentimental por vía materna y mi posicionamiento irrenunciable de socialista-democrático (social-demócrata) me llevan directamente a abrazar la causa republicana. Los sistemas monárquicos me parecen obsoletos e irracionales. Dejar constancia, eso si, que el llamado “juancarlismo” (hoy en horas muy bajas) representó -¿y representa?- un oasis de paz, libertad y bienestar sin parangón en la Historia de España. La verdad nos hará libres. Ignoro que nos deparará el futuro más cercano. Combinar la corrupción de los de arriba con el hambre de los de abajo siempre resultó en nuestro país un cóctel muy explosivo.  ¿Monarquía?  ¿República? Sinceramente no tengo claro que forma de Estado nos aguarda y/o interesa. Pero no nos engañemos: lo verdaderamente importante no es la manera de gobernarnos sino como se nos gobierna. En día tan señalado como el de hoy, 14 de Abril, rindo mi emocionado homenaje a los verdaderos republicanos del ayer. Sufrieron en sus carnes el desgarro de una España fracturada por la barbarie y la sinrazón.

La llamada “Tercera vía” fue salvajemente vilipendiada por los dos bandos de la fraticida contienda. El tiempo y la Historia han puesto a cada uno en su sitio.

Dicen que los pueblos que ignoran su Historia están llamados a repetirla en sus facetas más negativas.  Más que por una cuestión de banderas o himnos los pueblos se nutren –o al menos debían hacerlo- de la nobleza de su gente.  En el pasado o en el presente ser un verdadero demócrata nunca fue una tarea fácil.  Vivimos un tiempo de cambios profundos y las veletas de las torres anuncian malos vientos. Veremos en que termina todo esto y, lo más importante, como terminamos nosotros. 

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