sábado, 6 de abril de 2013

Balance viene de balanceo




A pesar de mi escaso bagaje cultural cofrade no me resisto a hacer un breve análisis de la Semana Santa que se nos fue hace muy pocos días.  Fundamentalmente en aquellas cuestiones que más afectan a mi universo emocional interior.  Fue, de nuevo, una Semana marcada por las inclemencias del tiempo que impidió la salida o el normal desarrollo de no pocas Hermandades.  Dos cuestiones puntuales han marcado la Semana Santa del 2013. En lo negativo ocurrió el “Panaderazo” sobre el que voces y plumas mucho más cualificadas que la mía ya se han manifestado. En lo positivo la extraordinaria Saeta (así con mayúscula) que Manuel Cuevas le cantó a la Esperanza Macarena en La Campana.  Fue un momento de los que se te quedan marcado para siempre en las paredes del alma. Se dieron las coordenadas perfectas para que la magia del Cante se nos apareciera en todo su esplendor. Pararon a la Esperanza en el epicentro de La Campana. Los músicos callaron sus instrumentos para que nada enturbiara la plegaria hecha cante. Las numerosas personas asistentes guardaron un respetuoso silencio presagiando que algo grande iba a suceder. Se abrió de manos el cantaor de Osuna y en su primer quejío los presagios dejaron de serlo para convertirse en hermosa realidad. ¡Como cantó Manuel Cuevas!  Consiguió que complacidos se asomaran a los balcones del cielo Manuel Vallejo, Centeno, Caracol, Antonio Mairena, Pastora y Tomas y cuantos colocaron la Saeta en la cima del Cante.  Esta Semana Santa pasará a la Historia por la saeta que le cantó Manolo Cuevas a la Macarena.  Los corrillos de la Ciudad se hacen eco de cuanto allí ocurrió y ya le han otorgado el “Premio Demófilo” como el mejor momento de la Semana Santa del 2013. Ítem más: en el Conservatorio de Música “Cristóbal de Morales” se le ha dado una audición especial a los alumnos con esta Saeta. Se trataba, por parte de los profesores, de demostrar a los alumnos como la voz humana puede llegar a ser un instrumento musical perfecto.  En lo personal mi particular Semana ha tenido luces y sombras.  Conseguí ¡por fin! hacer Estación de Penitencia con mi Hermandad de Pasión y disfruté revestido de ruán como hacia años que no lo hacía. Un año más -¡y ya van tres!- se quedó sin salir la Candelaria y la Plaza de la Alfalfa desprendía el Martes Santo aromas de orfandad por sus esquinas.  Ahora, con la llegada de Internet, cada internauta cofrade lleva un ángel de la guarda con la apariencia de Mariano Medina.  La Cuaresma que me han dado de previsiones meteorológicas ha sido una auténtica pesadilla. Continúas referencias a “agencias” internacionales de como, donde y cuanto iba a llover cada día de la Semana Santa.  En fin, recordemos lo bueno y obviemos lo malo por insustancial. Un sentido ¡Ole! para Manuel Cuevas que consiguió transpórtanos a épocas pasadas y elevarnos a los altares de la gloria de la mejor sevillanía cantaora. No crean que exagero y busquen en Youtube la Saeta que le cantó a la Esperanza Macarena en La Campana.  Son 5,46 minutos para la eternidad.

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