domingo, 3 de marzo de 2013

El vértigo de la inmediatez



Tres domingos, tan solo tres domingos más, y nos amanecerá un nuevo Domingo de Ramos. Día grande entre los grandes del calendario sentimental sevillano. Ya todo el andamiaje burocrático cofrade estará ensamblado. Papeleta de sitio. Túnica sacada del baúl de los recuerdos. Repaso exhaustivo de los abalorios para cubrir con decoro la Estación de Penitencia. Ropa recién comprada y presta para ser estrenada como manda la tradición. Consumiremos en la dulce espera hermosas tardes primaverales de lentos atardeceres, donde el azul-añil de los cielos que perdimos nos devolverá al paraíso de la niñez. Rampa de la Plaza del Salvador. Palcos de la Plaza de San Francisco. Sillas de la Campana. Capirotes de Casa Rodríguez. Trasiego incesante en Casas-Hermandades y Capillas. “Coroneles” tertulianos en “El Rinconcillo”. Nazarenitos de caramelos en la calle Alcaicería. Traje azul camino de la tintorería. Nerviosera de pregonero que estrenará su Pregón para una Ciudad tan sorda como indiferente. Siempre con la confianza (ya toca) de que este año si me –nos- será posible pisar vestido de ruán las calles de la Ciudad.  Pasan los años y pasa la vida igual que pasan los ríos en busca de la mar. Es el “Año de la Fe” y esta es la última que no nos podemos permitir perder. Todo está embarullado en esta época tan irracional como perversamente hostil. Necesitamos nutrirnos de ciertos remansos de paz para hacer frente, con algo de aliento, a cuanto de malo nos “programan” nuestros políticos (por sus EREs y sobres los conoceréis).  Solamente por estos lares -y por estas fechas- se funden armoniosamente la ética y la estética.  Sabernos nobles por acudir fervorosos cada año al encuentro de nuestras tradiciones más genuinas.  Sentirnos participes activos de una de las ceremonias callejeras más bellas que ofrece la Cristiandad.  Veintiún días, tan solo veintiún días más, y volverá a ponerse en marcha el reloj que marca las horas sentimentales de la Ciudad. Será un nuevo Domingo de Ramos y todo volverá a renacer de nuevo. El tópico que nos envuelve se difuminará y se hará verdad cuando veamos al primer nazarenito con su túnica blanca.  Venimos de las tinieblas para así poder apreciar en toda su magnificencia el milagro de la luz.  Amor, Candelaria, Pasión, Gran Poder, Cachorro y Soledad de soledades son quienes nutren mi universo tradicional-sentimental más íntimo y personal.  Cada uno tendrá el suyo aunque algunos lo disimulen escapando -si ello fuera posible- estos días de la Ciudad.  Soñar por la calle siendo participe activo de este ejercicio de sevillanía de siglos me redime ante Dios y lo hombres.  Se nota, ya se nota en el ambiente, el vértigo de la inmediatez. 

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