domingo, 17 de febrero de 2013

Negro luto en la Torre de Arena



Por la edición digital del “Diario de Sevilla” nos desayunamos hoy con el fallecimiento de doña María Felisa Martínez López “Marifé de Triana”.  Tenía 76 años de edad y ha fallecido en la Costa del Sol (Benalmadena) donde residía desde hace unos años. Llevaba ya tiempo luchando estoicamente contra una cruel enfermedad.  Esta artista, tan singular como irrepetible, empezó a trabajar con tan solo once años de edad recibiendo merecidamente en el 2011 la “Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo”.  Era una de las grandes, muy grandes, de la Copla y posiblemente quien mayor carga dramática supo imprimir a cada tema encima de un escenario. “La Emperaora”, “La Loba”, “Tres puñales”, “María de la O” o “Torre de Arena” (entre otras muchas) como coplas inolvidables y para siempre cosidas a las paredes del alma del pueblo.  Esta artista inconmensurable era además una ciudadana ejemplar y una andaluza universal.  Una Señora fuera y dentro de los escenarios.  Discreta, artista (sin ningún atisbo de vanidad), educada, solidaria, bondadosa, amigo de sus amigos y portadora en su arte de los cimientos que hicieron única e inmortal a la tierra andaluza. Con el fallecimiento de Marifé se nos va cerrando un círculo mágico de artistas irrepetibles que enriquecieron hasta límites insospechados nuestro patrimonio cultural-sentimental.  Son eternas por estar enclaustradas en la memoria sentimental de la gente.  Coplas susurradas y coreadas en talleres de modistillas o en lavados comunales de patios de corrales de vecinos.  La radio de galena como nexo de unión entre artista y pueblo. Testimonios imperecederos de una época donde los grandes artistas, como Marifé, consiguieron que se orillara el hambre y las penurias.  Gloria eterna a Marifé de Triana junto con nuestro reconocimiento y eterno agradecimiento. Mi madre la adoraba y yo adoro cuanto adoraba mi madre.  La arena de su Torre se desparrama por el Altozano para secar las sentidas lágrimas de los trianeros.  Sevilla llora su muerte y asume la orfandad de las perdidas irreparables.  Son muchas, quizás demasiadas, como para que no nos pese este saco de orfandad que portamos sobre nuestras espaldas. 

2 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Descanse en paz Marife, de siempre me ha gustado la copla y en su voz más aún.
Saludos

José Luis dijo...

Que ilustracion más apropiada, parece estar hecha para esta entrada. Enhorabuena, juan Luis, y mi pesar para ti y para todo el mundo de la copla.