lunes, 14 de enero de 2013

Las sempiternas Cruzadas españolas



“En España el andaluz entretiene; el castellano reflexiona; el aragonés jalea; el catalán comercia y, al final, siempre termina mandando un gallego”

 Desde tiempo inmemorial la Historia de España se retroalimenta en tornos a sus “Cruzadas”. Siempre hemos necesitado un referente en el que descargar nuestras iras y frustraciones. La Tolerancia, desgraciadamente, nunca ha sido una de nuestras más grandes virtudes. Propiciamos una Guerra in-Civil entre hermanos con miles de muertos y con un desgarramiento tan cruento y desgarrador que todavía en la actualidad mantiene sus rescoldos (los mismos que algunos de manera interesada soplan cuanto pueden). Con la “Movida catalana” en aras de una pretendida Independencia se escucharon y leyeron verdaderas barbaridades. Un tertuliano de una Televisión llegó a plantear seriamente la necesidad de una inmediata intervención militar en Cataluña. ¡Casi nada! Seamos justos y objetivos cuando afirmamos que las “Cruzadas” en nuestro país no tienen un claro signo político. Recientemente conocimos -y sobre todo padecimos- la “Cruzada Progre” de la etapa Zapateril. Los cimientos de la Crisis que padecemos en España los puso un Partido Socialista ajeno a sus principios social-demócratas y con don José Luis y Don Alfredo como Directores de Orquesta. “Gestionaron” tarde y mal la que se nos venía encima, perdiéndose un tiempo que a la postre se ha demostrado resultaba fundamental. Propiciaron con su nefasta política social el “Desembarco en Normandía” de las huestes del PP. No nos engañemos: las Elecciones siempre las pierde quien gobierna y nunca la gana quien aspira a gobernar. Por conocida no hurguemos más en esa Etapa de nuestra Historia política más reciente, máximo ejemplo de cuanto representa la ineficacia en la gestión pública. Lo que pasó después es de sobras conocido y, sobre todo, padecido por todos. El Programa Electoral del PP se convirtió en un papel mojado por la mentira y el camelo. No se ha hecho nada de lo prometido y se han hecho cosas que se dijeron nunca se harían. Todo en aras de una inmediatez donde las circunstancias –malas- económicas siempre son las que mandan. La “Política” de recortes sociales ha sido demoledora y se ha cebado con los más débiles y desprotegidos. No existe un colectivo en España que no haya sido agredido sin más explicaciones que algo tan perversamente español como el “ordeno y mando”. Existe, y a las pruebas me remito, una “Cruzada” de la peor Derecha española de la Democracia para desactivar los Derechos Sociales adquiridos duramente por los trabajadores (es decir: aquellos que viven dignamente de su trabajo y no de la “mangoleta” y el enchufismo). Los politólogos europeos se preguntan como es posible que, aprovechando las secuelas de la “Crisis”, hayan resurgido Partidos de extrema derecha en toda Europa ¡menos en España! Será cuestión de que el PP mire en su fondo de armario para encontrar la respuesta a este dilema. Aquí se está abandonando a su suerte a personas varadas por la vida y las circunstancias y se está protegiendo a ladrones multimillonarios de guante blanco. Ha sido la primera vez en Europa que un colectivo como el de los jueces se manifiesta en contra de los medidas de un infausto Ministro de Justicia (¡vaya con el “Progre” de la Derecha!). Sinceramente creo –y así lo espero y deseo- que esta Legislatura no agotará su mandato. De “motu propio” los populares no soltarán el Poder y solo la presión cívica y democrática de la Sociedad Civil conseguirá terminar con este cúmulo de barbaridades. Lamentablemente no existe hoy día ninguna alternativa creíble y los “Zapateristas”, con don Alfredo a la cabeza, se niegan a abandonar sus sillones (y sus trasnochadas y oportunistas consignas). Nos esperan tiempos extremadamente difíciles pero no podemos bajar la testa para que nos descabellen. Los bancos con el beneplácito de los políticos mandan en nuestras vidas y haciendas. La España machadiana y ultramontana de “cerrado y sacristía” se impone –o al menos lo intenta- sobre los sentimientos de la mayoría de la gente. Cruzada, una nueva y perversa Cruzada, campea libre y perversamente por los mares y campos españoles.

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