miércoles, 29 de febrero de 2012

El reposo del guerrero



Sobre la importancia que tuvo Hillary Clinton en que su esposo, Mister Bill Clinton, consiguiera la Presidencia de EEUU circulaba una anécdota por el país de las barras y las estrellas. Cuentan que un día pasaron ambos con el coche oficial por una gasolinera y ella le hizo el siguiente comentario: “Fíjate, ese hombre que despacha gasolina fue mi novio en la Universidad”. El bueno de Bill le contestó: “Si te hubieras casado con él hoy trabajarías en una gasolinera”. Ella rauda le replicó: “No te confundas querido, si me hubiera casado con él hoy sería el Presidente de los EEUU”.

Un caso bastante parecido es el de la esposa de Tony Blair. Está considerada como uno (¿o se dice una?) de los abogados más brillante del Reino Unido, y su papel en la carrera política del Ex Primer Ministro británico fue fundamental. Se trata de mujeres que, en ambos casos, prefirieron trabajar desde la sombra para encumbrar a sus esposos hasta la cima del Poder político. ¿Hicieron bien ocupando un inmerecido segundo plano? Sinceramente, si mujeres con las cabezas tan bien “amuebladas” -y peinadas- así lo decidieron, poco o nada podemos añadir el resto de los mortales. Mucho ha cambiado –afortunadamente- el rol de la mujer en la Sociedad actual, y si nuestras abuelas levantaran la cabeza, se quedarían asombradas y estupefactas viendo el papel que, como mujeres, tienen hoy sus biznietas. Ha sido un cambio vertiginoso el experimentado por las mujeres sin obviar, lógicamente, que es todavía muy largo el camino pendiente de recorrer. En los largos y duros años del franquismo el papel de la mujer estuvo siempre relegado a las faenas domesticas, el cuidado de los hijos y en ser el principal soporte del “descanso del guerrero”. No tenía voz ni voto (bueno esto –los votos- ni ellas ni ellos tampoco) y cualquier decisión que quisieran tomar siempre debía estar supervisada por su “santo” esposo. Un ejemplo: si una mujer recibía personalmente un dinero procedente de la herencia de algún familiar y quería abrir una cuenta en un banco, tenía que hacerlo conjuntamente con su marido, y la de este era la firma autorizada para retirar fondos. Curiosamente, en los últimos años he conocido a parejas donde el mayor porcentaje de talento lo tienen casi en exclusiva las mujeres. Hoy, con las precarias condiciones laborales, los roles sociales y domésticos se han alterado sustancialmente. Parejas que trabajan los dos; otras donde solo lo hace uno de sus miembros y, desgraciadamente, ya no pocas donde ambos están en el Paro. He comprobado en parejas amigas que ellas tienen más vocación lectora que sus “arguiñanos” esposos y, por extensión, están menos anquilosadas en la vulgaridad de la rutina cotidiana. Las inquietudes nunca estuvieron reñidas con el pitido de la Olla-Express. Soy de los convencidos que el futuro –caso de que podamos tener alguno- será de las mujeres. Le pese a quien le pese son distintas a los hombres en tolerancia, perseverancia, sacrificio y capacidad de asimilación. Dios y la Madre Naturaleza no pueden estar equivocados cuando las situaron en la fuente y el origen de la especie humana.

martes, 28 de febrero de 2012

28 de Febrero (Día de “vuestra” Andalucía)



Hoy es martes Día 28 de Febrero del 2012. Hoy es el Día de “vuestra” Andalucía. Habéis convertido nuestra Región en el “Paraíso” del Paro y la “Mangoleta”. Habéis dilapidado la ilusión y la lucha de mucha gente. Habéis convertido “nuestra” Bandera (la de todos los andaluces) en “vuestra” Bandera (la de los mercaderes y políticos/sindicalistas oportunistas). Habéis envilecido el aire de los campos y enrarecido la brisa de los mares (hasta la cal de las paredes tiene ya el color del betún). La Historia de los hombres y las cosas os pondrán en vuestro justo lugar. Habéis conseguido que ventanas y balcones estén este día huérfanos de colores blanco y verde. ¿Porqué no nombráis Hijo Predilecto de Andalucía al parado número un millón¿ ¿Porqué no declaráis a la corrupción Patrimonio “Material” de la Humanidad? Habéis ninguneado la figura de Blas Infante como si fuera un “mono de Feria”. Habéis conseguido -al filo de lo imposible- poner la Región en manos de los que siempre fueron “criminalizados” por vosotros. ¿Quiénes son, nos preguntamos, hoy día los caciques andaluces? Habéis conseguido que la gente decente os mande allí donde José Mota manda cada noches de viernes a los personajes ilustres de la Historia. Habéis conseguido que este Toma de Horas ya no de más de sí. Le faltan los minutos y le sobran los argumentos para desenmascarar vuestra nefasta gestión. Ayer, en olor de multitud sevillana, el Señor de la Salud salió a la calle. Enhorabuena a los candelarios, encabezados por José María Cuadro, por tan modélica organización del evento. Allí estuvimos todos para acompañar al Señor (bueno, casi todos, faltó nuestro Señor Arzobispo desplazado a la Villa y Corte para tareas burocráticas-administrativas). El “Señor de San Nicolás”, nos dejó su mensaje de luz y fe tan nítido como su hermoso y conmovedor dolor: “hoy es el ayer pero también será el mañana”. Hoy, es 28 de Febrero pero también es el día después. Hermanos andaluces, a pesar de que lo diga nuestro Himno perdonarme que no me levante, al menos hasta que termine de pasar esta “plebe”.

lunes, 27 de febrero de 2012

Según quien llega y tañe las empolvadas cuerdas


Hoy es el último lunes de Febrero que, a la postre, termina por echarle la llave al mes más corto del año. Días bastante difíciles los transcurridos -pocos todavía- en este desosegante 2012. Intentar estar informado sobre “lo que pasa” es, aparte de misión imposible, una senda abierta hacia los terrenos de Sigmund Freud. Abro el ordenador y mientras se termina de configurar la embriaguez del folio en blanco, y se despeja la duda de que o de quien escribir, escucho en el ordenador el tema “De maera” del guitarrista sevillano Quique Paredes. Grande entre los grandes este Enrique de soles y lunas; antiguo costalero de los Gitanos y truncado por los imponderables del Destino para el mágico Mundo de la Sonanta. Hoy vive -que eso es lo importante: vivir- lamentablemente alejado de su “Alma de Madera”. Grabadas nos quedan para la eternidad algunas composiciones suyas verdaderamente antológicas. Cumplir años tiene una sensación agridulce: en lo positivo ver crecer a tus nietos y en lo negativo comprobar, atado de pies y manos, como enferman o desaparecen del mapa grandes amigos. Es Ley de vida, nos dicen, y poco o nada podemos hacer para remediarlo. Dice un dicho popular que: “Mal de muchos consuelo de tontos”. Pero, a que engañarnos, el saber que la decrepitud le termina llegando a “todo bicho viviente”, termina por provocar en nosotros un bálsamo para las heridas de la vida. Conformarnos ante lo inevitable es la mejor manera de encarar nuestro último tramo existencial. Preocuparte por un síntoma reumático que te tiene preocupado y encontrarte a un vecino que también lo tiene pero elevado al cuadrado, te termina por dar ánimos. Te dices egoístamente para tus adentros: “Joé, este si que esta pillao y no yo”. La machadiana guitarra castellana duerme el sueño eterno de su música junto al calor de la lumbre de los mesones. Esperando que alguien llegue y sacuda sus empolvadas cuerdas. Unos la tocarán a su manera y, otros, la mirarán melancólicos recordando los días de vino y rosas. Seguro que no dejará indiferente a nadie, pues la guitarra con su alma de noble madera representa nuestro caudal de risas compartidas y el de las lágrimas vertidas. No existe un instrumento musical con mayor carga sentimental que la guitarra (la flamenca ya ni les cuento). La guitarra suena a tiempo sin medida y a vida imperecedera. No es de extrañar que Machado, don Antonio, la sublimizara en uno de sus poemas más celebres: “Guitarra del Mesón que hoy suenas jota, mañana petenera, según quien llegue y tañe tus empolvadas cuerdas. Guitarra del mesón de los caminos, no fuiste nunca, ni serás, poeta. Tú eres alma que dice su armonía solitaria a las almas pasajeras. Y siempre que te escucha el caminante sueña escuchar un aire de su tierra”. Nadie como Federico “el Grande” la definió nunca mejor:……”Es inútil callarla. Es imposible callarla. Llora monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla. Llora por cosas lejanas……”. ¡Amen!

domingo, 26 de febrero de 2012

De conquistadores a conquistados



Llegaron a Carmona un diez de noviembre del Año del Señor de 1248. Eran una avanzadilla compuesta por catorce o quince leoneses similar en número a los famosos caños de la no menos famosa fuente de la Villa. Los había enviado el Rey Fernando III con la misión de “tantear el terreno” en los proximidades de la Ciudad. Debían observar, escudriñar y volverse para informar al Monarca de cuanto habían visto y oído. Ya estaba más que programado el asalto de la Morería sevillana por las huestes cristianas. Se rodearía la Ciudad a través de un perfecto círculo con el noble propósito de cambiar la media luna por la cruz. Por mar, y a través del Guadalquivir, el abordaje lo efectuarían marineros cantabros. Intentaban desactivar el Puente de Barcas trianero, lugar de abastecimiento de víveres y refuerzos de los sitiados. Por tan meritoria hazaña los cantabros recibieron sustanciosas prebendas de Fernando III y quedaron, históricamente, unidos por –y para- siempre con Sevilla. Ninguna conquista ha sido incruenta y esta no podía ser una excepción. Lo paradójico es que cuantas veces se ha intentado conquistar Sevilla ha sido Ella a la postre la conquistadora. De la avanzadilla de leoneses que llegó a Carmona solo volvieron trece o catorce. Uno, Alonso de Sepúlveda y Quiroga, decidió, aprovechando la oscuridad de la noche, adentrarse en solitario por los vericuetos extramuros de la Ciudad. Quería ser el primer castellano en pisar los territorios del al-Ándalus sevillano. Se dijo para sus adentros y preso de la nerviosera: “Tengo huevos para esto y para mucho más”. Cuando llegó a las inmediaciones de Sevilla la luna empezaba a desperezarse. Asomaba su perfil plateado por entre una nube que se resistía a dejarle paso. Alonso de Sepúlveda y Quiroga, se bajó de su exhausto caballo justo donde los Caños de Carmona se fundían con la Puerta del mismo nombre. Se sentó jadeante en el suelo mientras contemplaba los deshilachados trapos de las pezuñas de su jamelgo. Le acarició suave y amorosamente la cabeza mientras bebía de su desgastado odre un vino tan calentón como necesario. Una vez recuperado el resuello se incorporó dispuesto a acometer la odisea que hasta allí le había convocado. Avanzó sigiloso y pegando su cuerpo literalmente a los fríos muros de la Ciudad. Ignoraba como y de que forma entrar en la misma. Nunca logró olvidar en su posterior y larga existencia sevillana lo que ocurrió a continuación. Sintió un leve siseo a su espalda y, cuando se volvió preso de la incertidumbre, allí estaba ella. Vestía una larga y vaporosa túnica celeste a la que los fulgores de la luna le daban un tono incandescente. Un amplio velo le cubría el rostro haciéndole resaltar aún más sus deslumbrantes ojos verde-esmeraldas. Ella le rogó silencio llevándose el dedo índice de su mano derecha a su cubierta boca mientras que, con la izquierda, le mostraba una pequeño puerta adherida a la muralla. Estaba medio encajada y, por ella, Alonso de Sepúlveda y Quiroga entró –el primero- en Sevilla. Seguía, sin rechistar, los pasos menudos y firmes de una beldad mora que respondía al nombre de Zulema (Mora de la morería / Juanola le puso el cura / Juanola pa toa la vía). Cuanto ocurrió después, si me lo permitís, os lo contaré en una novela (“El conquistador de la luna”) que me tiene entretenido últimamente. Os tendré puntualmente informados.

sábado, 25 de febrero de 2012

Sentido adios a Manuel Barrios

Ayer enterramos al padre de un íntimo amigo. Hoy, concretamente esta mañana, hemos incinerado al hermano de otro. Hace un rato me llega a través de Ángel Vela la noticia del triste fallecimiento de Manolo Barrios. Estamos dando vueltas en el Carrusel de la Pena y parece ser que con pocos visos de que se pare al menos temporalmente. Hacia bastante tiempo que le tenía perdida la pista a Manuel Barrios. Ahora con su muerte me entero que vivía en una Residencia junto con su mujer. Parece ser que desde hace unos años tenía la salud muy mermada (a pesar de su deterioro físico tenía pendiente la publicación de tres libros). Había cumplido los 87 años de edad y desde hoy forma parte del universo de los sevillanos inmortales (él lo era por pleno derecho de adopción pues había nacido en San Fernando–Cádiz). Prolífica y fundamental se nos antoja su obra compuesta por no menos de setenta libros y miles de artículos publicados. Escritor, ensayista, periodista, flamencólogo…, su vida es un canto a la decencia intelectual y a un verdadero compromiso con las libertades. A destacar, en el terreno literario, obras tan sumamente interesantes como: “El crimen”, finalista Premio Nadal-1962; “La espuela”, finalista Premio Nadal-1964; “Epitafio para un señorito”, Premio Ateneo de Sevilla-1972, o “Vida, pasión y muerte en Río Quemado”, finalista Premio Planeta-1978. Entre sus grandes aportaciones al Flamenco podemos reseñar: “Ese difícil Mundo del Flamenco” (1972, reeditada en el 2000), o “Gitanos, moriscos y cante flamenco” (1989). Este último ensayo, a pesar de la enorme controversia que provocó en su día entre los “sectarios” del Flamenco, lo podemos considerar como una obra clave dentro de la Bibliografía del Arte Jondo. Su paso por la Radio le dejó una cosecha de una “Antena de Oro” y cuatro “Premios Ondas”. Manolo Barrios se merece bastante más que un “Toma de Horas” justamente laudatorio. Se merece que volvamos a releerlo con el interés y la pasión que merecen los escritores que llenaron nuestras vidas de esperanza y libertad. Descubrir – o redescubrir- su vida y su obra es el mejor homenaje que podemos hacerle (a él y sobre todo a nosotros mismos). Estamos instalados en un tenebroso suma y sigue donde las bajas nos van dejando cada vez más solos. Desgraciadamente parece ser que la “Dama de la Guadaña” es a la única que no le falta el trabajo en nuestro país. Descanse en paz este valiente sabio de la vida y las cosas que nos rodean. Nada ni nadie resulto ajeno a las inquietudes de este escritor, elemento activo de los que un día fueron conocidos como los “Narraluces”. Mañana buscaré en mi biblioteca “Crónica de una nostalgia”, y le rendiré el mejor homenaje que podemos hacerle a los escritores: leer y releer sus obras. Vaya usted con Dios amigo que allá arriba ya está completa la “Tertulia Flamenca de Radio Sevilla”.

viernes, 24 de febrero de 2012

Variaciones, eternas variaciones flamencas



Cuando hoy emprendo la aventura de crear un nuevo Toma de Horas asomado al pozo agotado de las ideas, escuchó en el ordenador a Paco de Lucía. Toca un tema de 10:7 minutos de duración titulado “Variaciones de Minera”. Procede de su último trabajo discográfico (“PACODELUCÍA ENVIVO”). Imprescindible el conseguirlo tanto para aficionados al buen Flamenco como para las almas sensibles ante la belleza eterna de las cosas. El mío me lo regalaron al alimón las pasadas Navidades, Santi Pardo y Jacinto Fernández (“Compañeros del alma, compañeros”). El “Niño de la Portuguesa” siempre ha configurado –y configurará- la banda sonora de mi existencia. Lo descubrí hace ya muchos años cuando sus primeras grabaciones con “El Sevillano”; “Fosforito” y, como no, las inmortales con “Camarón” (entonces “de la Isla”). Tenía noticias suyas de cómo arrancó artísticamente de niño con su hermano Pepe (“Los Chiquitos de Algeciras”), pero le perdí la pista pensando en que sería otro niño prodigio malogrado por los mercaderes de turno. Afortunadamente no fue así y Paco puso el listón de la “Flamencura” en cotas nunca antes alcanzadas. ¿Les parece a algunos que exagero? Pues bien comprobemos donde tocó la guitarra este inmortal músico algecireño en su Gira-2010. Apunten caso de tener suficiente tinta en el rotulador: Sarajevo; Split; Rijeka; Belgrado; Zagreb; Ljubljana; Berlín; Roma; St.Petersburgo; Moscú; Munich; Zurich; Aosta; Varsovia; Debrecen; Budapest; Estambul; Bratislava; Basilea; Zadar-Dubrovnik; Bruselas; Szczecin; Nielsko Biala; Samois; Vienne; Barcelona; Madrid; Fuengirola; Montreaux; Lucca; Milán; Vitoria; Saint Juan Les Pins; Valencia; Córdoba; Avilés; Venecia; Praga; Marciac; La Unión; Peralada; Sos del Rey Católico; Jérez de la Frontera; La Antilla; Pula; Málaga; Bordeaus; Montpellier; Palma de Mallorca; Sevilla (¡ahí estuvo el tío¡); Uppsala; Luxemburgo; Groningen; Eindhoven; Salamanca; Leverkusen; Ingolstadt; Pamplona; Viena; Paris; Londres; Catanzaro; Cagliari; Lugano; Bilbao; Gerona y Valladolid. Huelga decir que llenando a reventar allí donde actuaba y con todo el “papel” vendido con días de antelación. Hoy me ha salido, casi sin querer, un “Toma de Horas” dedicado a quien tantas horas de placer me ha proporcionado a lo largo de mi vida de aficionado al Flamenco: Paco de Lucía. Parodiando la celebre e inmortal despedida de la película “Casablanca”, los Flamencos en horas bajas podemos decir…..”Siempre nos quedará… Paco”.

Arrebujao en la candela El Flamenco se dormía; Las almas en duermevela ¡Toca Paco de Lucía!

miércoles, 22 de febrero de 2012

El valor de lo cotidiano



Vivimos permanentemente empeñados en conseguir aquellas cosas que consideramos excepcionales y, posiblemente, obviamos de manera involuntaria el inmenso tesoro de disfrutar las cosas cotidianas. No es la primera vez, y tampoco será la última, que dedicó un “Toma de Horas” a la hermosa rutina diaria. El primer encendido del ordenador para ver que se “cuece” por ahí fuera; el primer café mañanero en buena compañía, y la compra del pan y el periódico como los primeros compases del arranque del nuevo amanecer que se te regala. Cuando un día la vida, en cualquiera de sus expresiones de negatividad, nos aleje de la rutina diaria, comprenderemos -quizás demasiado tarde- cuanto duele la añoranza del paraíso perdido. La vida es fundamentalmente tiempo. El mismo adquiere su sentido cuando lo transformamos en momentos gozosos. Para mí, el pasear cada mañana por donde deambularon mi niñez y juventud –el Casco Antiguo de la Ciudad- representa un noble ejercicio de autoafirmación. Me reafirmo en lo que fui; en lo que soy y en lo que seré mañana. Habito en la Barriada donde tengo mis “señas” administrativas y vivo allí donde mi alma se funde con mi cuerpo. Confundir ambos conceptos –habitar y vivir- es confundir la noche con el día. Cada vez necesito menos para esto que llaman el “ejercicio de existir”. Un café; un periódico; una copa al mediodía; un libro o un CD conseguido a bajo precio en el “Jueves” o algún caprichito en la “rebajas” (intentando inútilmente que el ropaje exterior camufle al interior), y mis necesidades adyacentes quedarán cubiertas. Pago religiosamente –nunca mejor dicho- las cuotas de las cuatro Hermandades a las que pertenezco con el pleno convencimiento de que le dan un uso solidario a ese dinero. Me he preocupado con el paso de los años en tratar de cultivar al alcornoque que llevo dentro. El Flamenco; el Cine; la Literatura; el Jazz; la Música Clásica; el Teatro y la Pintura, forman parte indisoluble de mi vida cotidiana. Nunca me interesó a nivel personal penetrar en el turbulento mundo de las ambiciones personales. Solo fui ambicioso empeñado en que las ramas de mi árbol genealógico crecieran sanas, cultas y libres. Me aburren estos “pavos reales” que intentan, a todas horas, camuflar su orfandad interior detallándonos el inventario de sus “logros” sociales. Se autoexcluyen de los placeres cotidianos con la excusa permanente de la carencia de tiempo y, lo más triste, dividen a la Sociedad entre triunfadores (ellos) y perdedores (todos los demás). El trabajo –hoy tan difícil de mantener o conseguir- se nos antoja vital para mantener a nuestra “tropa”, pero siempre podremos sacar alguna porción de tiempo para los necesarios placeres cotidianos. Cuando por imperativos de la vida y las cosas un día no podamos disfrutarlos, notaremos el dulce amargor de los besos que se pierden en el aire por no encontrar donde estamparse. Infatigables bucaneros de botines saqueados que siempre terminan perdiéndose la hermosura de los mares. Unos, en sus camarotes contando desconfiados sus doblones de oros. Otros, en la proa mirando las estrellas en noches de luna llena soñando con atrapar los besos furtivos. Unos y otros; otros y unos. Todos, en definitiva, navegando –a favor o en contra- por los mares de la cotidianidad. Disfrutarla o perdérsela he ahí el dilema.

lunes, 20 de febrero de 2012

Tussamnenando



Comparar, en cualquiera de sus variantes, los tranvías de nuestra niñez con los actuales autobuses de Tussam es tarea realmente complicada. Ambos trasladaban personas de aquí para allá pero, eso si, con unas coordenadas distintas en la relación urbana espacio-tiempo. La configuración de la Ciudad en los últimos cincuenta años ha experimentado un profundo y sustancial cambio. Se crearon muchas Barridas en el extrarradio; aumentó de manera vertiginosa el parque automovilístico y, lo más importante, un más que considerable aumento de la población. Pero como hoy no toca hablar de los tranvías, os remito al imprescindible libro, “Sevilla y sus tranvías” (Apuntes y recuerdos de una historia perdida) de Emilio Jiménez Díaz (pueden encontrarlo sin grandes problemas en el Mercadillo del “Jueves” a un precio realmente módico. Merece la pena tenerlo y sobre todo leerlo). Siempre he sido un pertinaz usuario de los autobuses de Tussam y en la actualidad suelo utilizarlos un mínimo de dos veces diarias. Una vez liberado del yugo laboral acudo cada mañana al Centro de la Ciudad. Lo hago como si cada día fuera el último que me está permitido pasearlo, contemplarlo, padecerlo y disfrutarlo. Me marco cada día distintas rutas y siempre me gusta cubrirlas en solitario (que no en soledad). Utilizo para mis idas y venidas hasta el Reino de la Alfalfa las líneas 12 y 13 y debo reconocer que, dentro de unos problemas inherentes al tráfico de la Ciudad, funcionan bastante bien. Nada que objetar en ningún sentido. Afortunadamente, mi etapa de conductor fue breve en el tiempo y claramente demostrativa de que el Señor no me había llamado por los ruidosos senderos de los Fórmulas-1. Gracias a Dios no tuve ningún contratiempo digno de resaltar (y sobre todo de lamentar). En mí faceta de mal conductor concurrían dos elementos que se complementaban: un claro sentido de la abstracción y una torpeza manual verdaderamente patológica (yo no soy torpe: yo soy “el torpe”). Me suelo nutrir por tanto de las vivencias que experimento cada día en el interior de los autobuses y, debo reconocer, que cubren con creces mi vocación de sociólogo frustrado. El admirable Paco Correal escribió hace un tiempo en “Diario de Sevilla” una serie de excelentes artículos sobre los autobuses sevillanos. Uno, lamentablemente, no puede llegar a alcanzar tanto talento. En el autobús se dan a diario una serie de circunstancias acorde con sus variopintos usuarios. Me daría, a que dudarlo, para muchos Toma de Horas. Lo que si se suele repetir son unas expresiones que permanecen invariables a lo largo de los años. Pongamos algunos ejemplos. Cuando se queda un asiento libre, y hay dos o tres posibles candidatos, el más avispado dice: “Ea, vamos a quitarnos de en medio”. Parece como si al sentarse se hiciera invisible dentro del autobús. Otro. Cuando va repleto hasta las “trancas” siempre dice alguien desde la cabecera: “Andá un poquito palante que detrás está vacío. Acordarse de los que están fuera”. Uno más. Va el autobús repleto y el conductor sigue abriendo la puerta. Invariablemente alguien dirá: “Es que vamos como latas en sardinas”. No atunes, ni anchoas, ni berberechos; siempre serán sardinas. Seguimos. Cuando llega la primavera, y todavía no está en funcionamiento el aire acondicionado, se mezclan los calurosos y los frioleros. Algunos de los primeros dirá invariablemente: “Por favó abrí las ventanas (nunca dicen ventanillas) que nos vamo a axfisiá”.

La última (otro día seguiremos) es cuando alguien te pisa cinco veces y te clava otras tantas el codo en las costillas. Aunque te quejes educadamente no te escaparás de que te mande –para evitarte las “agresiones”- a “coger un taxi”.

Son historias, pequeñas historias urbanas, que nuestros políticos se pierden en aras de una pretendida seguridad personal. Se ocultan de los verdaderos sentires de la gente pertrechados y resguardados en despachos y coches oficiales. Cuando un correligionario socialista le recriminó a don Julián Besteiro como, a pesar de su alto cargo, viajaba siempre en los trenes en clase segunda o tercera, este le contestó: “¿Cómo pretendemos defender los problemas de la gente sin conocerlos de primera mano?

domingo, 19 de febrero de 2012

Plazuelas del alma



Posiblemente sea en Sevilla donde este entramado urbano y sentimental reciba un mayor número de denominaciones. Podemos llamarla plaza; plazuela; plazoleta e incluso placita. Los hay de distintos tamaño y consideración, asumiendo que cada sevillano tiene atada a su memoria sentimental su particular plaza. Si personalmente tuviera que decantarme por alguna tendría que repartir mi corazón en cuatro mitades. Plaza de las Mercedarias siempre atada a mi niñez a través de una deshilachada pelota de trapo. La de la Alfalfa de domingos de trinos cautivos, amarillento alpiste y jaulas sujetas a regateos sin tregua (momentos mágicos del ayer, irremediablemente perdidos como tantas cosas en la Ciudad), y siempre rendida a los pies de Ella cuando cada tarde de Martes Santo aparece deslumbrante por la calle Candilejos. San Lorenzo como el epicentro de nuestras emociones más nobles y sevillanas. “Camino de Santiago” de generaciones de sevillanos buscando el consuelo de los que ya no tienen donde agarrarse. La de Doña Elvira de amores adolescentes bajo el influjo de la lunita plateada; una fuente que llora silenciosa por estar fuera de los jardines del Alcázar y todo, absolutamente todo, aderezado por el soniquete de la guitarra bohemia de Lucas. Por esas plazas pasé de la niñez a mis asuntos y envejecí comprobando entristecido un común deterioro: el de ellas y el mío propio. Son las plazuelas del alma hoy sucias, abandonadas y olvidadas, añorando su pasado esplendor. Carentes de las risas infantiles del ayer y suspirando por los besos furtivos de los adolescentes enamorados. Hoy sus fuentes están secas, y las vacías bolsitas de “gusanitos” esparcidas por su interior son un claro síntoma de la oquedad que nos invade. Las Mercedarias es un páramo que se nutre –de lunes a viernes- del oasis infantil de su Colegio, y de la paz espiritual con los rezos de sus monjas ante la antigua Virgen de la Merced. La de la Alfalfa una frontera vertiginosa que nos introduce sin solución de continuidad hacia terrenos de capirotes; sombreros cordobeses; sandalias nazarenas; botos camperos; laboriosa ropa de Cuadro, y un reinado compartido por los dos Antonios: caramelos para endulzarnos el alma y accesorios de colores para embellecer los cuerpos. La de la señora -¿o era señorita?- Doña Elvira es cada día un inmenso paellero al aire libre regado por una bebida tan sevillana como: ¡la sangría! En los últimos años allí cambiaron los suspiros por los eructos. La de San Lorenzo es eterna gracias a su Misericordioso Vecino. Todo queda relegado a un segundo plano ante su cercana Presencia. Asumimos resignados en su día el “arreglo” (manifiestamente mejorable) de una Plaza que a no dudar debe ser, de las de Sevilla, la que más nítidamente se ve desde los Cielos. Son las plazuelas del alma que cada sevillano recrea a través de su memoria sentimental. En ellas quedarán flotando nuestras almas cuando ya solo seamos alados retazos en el recuerdo de una Historia interminable. La tuya; la mía; en definitiva….la nuestra.

viernes, 17 de febrero de 2012

Con dos copas de más



Yo me voy pa la Barqueta que está mi primo er Bobote dando duro a tres peseta.

Traía dos copas de más y una pena de menos. La noche ya hacia rato que había envainado su sable de sombra y frío vencida en buena lid por la luz del amanecer. Había sido una larga noche de vino y cante a la vieja usanza. Es decir, aquellas en que los niños se dormían soñando con ser hombres, y los hombres se emborrachaban soñando con ser niños. Todo nació de una promesa que le habían hecho a un amigo de gozos y penas en su lecho de muerte: pegarse a “su salud” un homenaje como los de su dorada época de juventud. Se dieron cita en el Bar “Plata” los restos del naufragio. Las ausencias tenían tres argumentos de peso: los que ya no estaban; los que ya no podían y aquellos que ya no querían. Lograron reunir media docena de almas errantes. Huérfanas de noches de bohemia ilustrada en “La Carbonería” y Flamenco de muchos kilates compartido en “Torres Macarena”. Buscaron la noche como los barcos buscan en las tempestades las luces de los faros. Fue una larga “madrugá” de muchos contrastes, donde la magia del buen Cante consiguió finalmente armonizarlo todo. Las guitarras sacaron a pasear su alma de madera arropando los quejíos del Cante de verdad. Reímos y lloramos recordando lo que allí nos convocaba: los arañazos en el alma por el amigo perdido. Al final sacamos la triste conclusión que nuestro tiempo se había quedado flotando en la memoria sentimental de los paraísos perdidos. Intentar volver a andar por las sendas del pasado es comprobar que ya no reconoces ni el camino ni al caminante. Cuando despidió en la esquina de su calle el taxi que lo traía de vuelta notó como el frío del amanecer se le clavaba en los costados. Se subió el cuello del abrigo y empezó a caminar buscando el confortable resguardo de la “cueva”. Venía ahíto de soleares y siguiriyas. Sentía en su boca el amargor del vino que se resiste a abandonar las papilas gustativas. Se cruzó con un barrendero que barría la calle alejado de la realidad imbuido en sus auriculares. Un grupo de palomas intentaban desesperadamente picotear un trozo de pan duro. Un perro abandonado miraba con tristeza buscando, inútilmente, algún destello de bondad humana. Cuando introdujo la llave en la cerradura de su portal comprendió que su mundo cada día era menos de este mundo. Se cantiñeó por la bajini: “Compañera no regañe / que hago mi ropita un lío / que er campo no tiene llave”. Traía dos copas de más y una pena de menos.

jueves, 16 de febrero de 2012

Duelo compartido


Para visitar al Gran Poder se debe –o se debía- en la ida entrar por la calle del mismo nombre. Luego girar por Conde Barajas y tras mirar de reojo la Casa de Bécquer “aterrizar” en San Lorenzo. La vuelta por Cardenal Spinola hasta desembocar en la Plaza de la Gavidia. Primero nos ponemos en las misericordiosas manos del Señor y después ante los enormes pies de Daoiz. Al comienzo de la calle Jesús del Gran Poder, y muy cerca de la antigua Farmacia Militar, se encuentra ubicada una Tienda de Artículos cofradieros y/o religiosos: “Mundo Cofrade”. Al frente y a ambos lados de la misma está –o mejor estaba- una mujer tan menuda de cuerpo como grande de corazón. Todos los que por allí buscamos parada y fonda la conocemos por Magdalena. Pues bien me llega a través de Santi Pardo y Salva Gavira (que comparte conmigo la autoría de este luctuoso “Toma de Horas”) la triste noticia del repentino fallecimiento de esta excelente persona. Mujer todavía joven y con muchas cosas por decir y hacer. Pues bien –o mejor mal- Magdalena empezó a padecer el pasado domingo unos problemas digestivos que, de manera tan sorprendente como galopante, han terminado por darla de baja en el Reino de los que todavía respiramos. Quienes tuvimos la suerte de conocerla y tratarla vamos a notar el desarraigo de tan sensible perdida. Insisto, ya son demasiada las veces que los “Toma de Horas” se impregnan del velo negro de las mujeres lorquianas. Terminaremos abriendo cuenta en las cafetería de los tanatorios sevillanos. Tremenda época la que nos ha tocado vivir. Recuerdo estas pasadas navidades que le encargué un nazarenito en barro de la Candelaria para “echárselo” (así se ha dicho siempre) a mi hija Alicia por Reyes. Me lo envolvió con tanto mimo y esmero que el nazarenito se nos quedó placidamente dormido. Salva Gavira (la conoció y trató más intensamente que yo) y Juan Luis Franco -tanto monta monta tanto- suscribimos y compartimos este “Toma de Horas”. Está repleto de sentimientos cofrades y sensaciones de indefensa orfandad ante el Destino (o los designios de Dios). Descansa en paz Magdalena, posiblemente pensemos que todavía no te tocaba irte para los cielos. Dios tiene sus propios planes y, en un gesto de sentida irreverencia, digamos como con muchas sentencias judiciales: las acatamos pero no las compartimos. Cuídala y que ella cuide de nosotros cuando avancemos en busca de Él por la calle Jesús del Gran Poder.

miércoles, 15 de febrero de 2012

50.000 Visitas. 50.000 Gracias


Ya hemos alcanzado las 50.000 visitas en nuestro Blog, que se nos configura como un torpe pero ilusionado narrador de gozos y zozobras compartidas. Todo, absolutamente todo, al amparo de la sombra de la Giralda. Sinceramente, lo que empezó como un mero entretenimiento de pensionista aburrido con ínfulas de escritor, ha terminado por arrastrarnos al terreno donde nacen las ideas y los compromisos. Insisto, este Blog tiene padre y padrino, respondiendo ambos al nombre de Salvador Gavira. Uno, no es más que un alma en pena al amparo de Ella, Él y las Monjitas de las Madres Mercedarias. Un corazón que late por Bulerías y se enerva con la manzanilla y las hermosas cuarentonas sevillanas. Un neurótico de lecturas sosegadas y paseos en solitario. Él, Salva Gavira, gestiona, coordina y cuelga unas fotos pletóricas de arte y sabiduría. Estamos concretamente a 5.500 “Visitas” para igualar la capacidad del Estadio Benito Villamarín (55.500). Esperamos llegar e incluso superar en número al Coliseo de Heliópolis. Durante este trayecto bloguero mi vida personal se ha teñido de luces y sombras. Pasé por el dolorosísimo trance de enterrar a mi madre, y por la enorme ventura de conocer a mi primer nieto que, al día de hoy, se me configura como mi mayor soporte existencial. En demasiadas ocasiones tuve que impregnar las Horas, más que tomadas perdidas, de negra pena. Cumplir años es desesperanzador: sumas achaques y también sumas entierros de gente querida. Pero aquí estamos, contra viento y marea, para decirle a los aires procedentes del Aljarafe como tienen que llegarle al “Giraldillo”. Limpios de impurezas y silbando por el Arenal a toque de corneta y a golpes de Soleá Alfarera. Gracias, 50.000 gracias, y hacemos nuestro lo que escribió Francisco Moreno Galván y transformó en sublime Soleá, José Menese:






Cuando eches el pie palante
Mira bien donde lo pones
Pisa fuerte y no resbale
Que al que caiga se lo comen

Se sabe lo que es ser libre
Al perder la libertad
No se aprecia la salud
Sin sufrir la enfermeá

El que nace con mal fario
Si come naranjas china
Le sabe a limones agrios

El silencio de los corderos



El ámbito de lo privado es –o debía ser- algo estrictamente personal y una materia difícilmente compartible con nadie. Cuando por necesidades psicológicas alguien decide hacer participe a otra persona de una parte –o un todo- de su intimidad, corre el claro riesgo de que su mundo unipersonal deje de serlo. Una relación de pareja es cosa de dos y, en la misma, tres son multitud. Diariamente me encuentro con personas a los que profeso un gran afecto y que te hacen “cómplice” de sus desavenencias familiares. Te comentan, a pesar de tu malestar de oyente, sus desavenencias conyugales y/o personales para plantearte a continuación, ¿tú que harías en mi lugar? Sinceramente me dejan descolocado pues, ¿quien puede ponerse en pellejo ajeno ante temas tan sensibles y personales? Intento salir de la situación con “una larga cambiada” donde las posibles soluciones no pasen por mis criterios. Hoy, lamentablemente, cualquiera habla con cualquiera de cualquier tema personal. Nadie se corta un pelo y no son conscientes de que van a romper el necesario “silencio de los corderos”. Te cuentan vidas y milagros, utilizándote de confesor improvisado y dejándote un pozo de amargura por el mensaje recibido. ¿Qué puedo decirles? La cosa se complica cuando de manera severa te ruegan que el tema expuesto no salga de los dos. Pues la mejor solución sería no hacer a nadie participe del mismo. La segunda parte es: ¿Hoy día alguien admite consejos foráneos? ¿Quién está en condiciones de pontificar aconsejando a nadie? La vida es compleja por su propia naturaleza y, lo concerniente a la relación de pareja ya ni les cuento. Amigos del alma que se ven en un callejón sin salida y te piden orientación para salir del atolladero. Todo esta encuadrado en una Sociedad donde prima, fundamentalmente, la soledad y la incertidumbre. ¿Si tú no estás seguro de cortar –o continuar- una relación de pareja, que podemos aconsejarte los demás? Lamentablemente la Iglesia, por sus continuos desatinos, ha perdido su capacidad de atraer a la gente a través de la confesión. El “personal” no se fía de los curas y motivos sobrados tiene para ello. Quedan los Psicólogos; Asesores Matrimoniales y demás “mediadores” coyunturales. Después vendrán los Abogados, Notarios y Jueces. Vivimos tiempos compulsivos donde el dialogo racional ha sido sustituido por el exabrupto. Utilizamos a los amigos como pantallas donde reflejar nuestras frustraciones y tampoco es eso. Los amigos están para lo que están y son un antídoto contra las soledades de almas y cuerpos. Hacerlo participes de nuestras “batallitas” personales más intimas es el camino más corto para perderlos. Los ponemos entre la espada y la pared para que se posesionen –prioritariamente a favor de nuestros postulados- y caso de mostrarse contrarios a nuestros criterios solemos decir que “nos han fallado”. Dejemos pues a los corderos con su silencio ancestral para no despertar el apetito de los lobos. Si has decidido dejar a Pili, no le compliques la vida al amigo del marido de la Pili. Haz lo que creas conveniente y reza para que tu decisión haya sido la más acertada. No hay más pero tampoco menos.

lunes, 13 de febrero de 2012

El Oficio de escribir



“Escribir es reorganizar el arsenal de palabras que el lenguaje cotidiano pone a nuestra disposición” - Tom Waits –

Observo que existen en Internet distintas páginas web cuya finalidad es la formación de futuros escritores. Entro en algunas de ellas y las hay para todos los gustos y no para todos los bolsillos. Nunca voy a deslegitimar -en cualquier orden de la vida- la importancia de poseer una buena formación. Pero tampoco voy a obviar cuestiones que tengo meridianamente claras. Creo que para ser un buen escritor hacen falta dos elementos fundamentales: Talento y Oficio. Con lo primero se nace. Lo segundo se consigue leyendo mucho y sabiendo dejarse orientar por aquellos que ya han andado el fructífero camino de los buenos lectores. Sinceramente creo que estos dos aspectos son los fundamentales para arriesgarse a emborronar folios en blanco. Saber manejar la sintaxis y las distintas reglas gramaticales puede resultar imprescindible para manejar -y sobre todo armonizar- el complejo mundo de las palabras y los conceptos. Pero lo que nadie te puede enseñar es a ser capaz de transmitir emociones con aquello que expresas por escrito. Se puede escribir bien gramaticalmente sin llegar a producir en los lectores ningún sentimiento compartido. Escribir dejando una estela de sedimento emocional ya resulta bastante más complicado. Es decir: combinar oficio, conocimiento y sentimiento está al alcance de pocos escritores. Decía Jorge Luis Borges algo que suscribo plenamente: “Como más disfruto no es con mi condición de escritor sino con la de lector”. Creo, sinceramente, que se puede escribir de regular para abajo sin necesidad de ayudas exteriores. Todos sabemos –o debíamos saber- equivocarnos solos. Una formación humanística, cívica y/o profesional se nos antoja como algo fundamental para afrontar la vida y las cosas. Crear de la nada futbolistas; toreros; actores; artistas flamencos o escritores, es una tarea –muchas veces con fines recaudatorios- tendente a convencernos de que con perseverancia se cubre la falta de talento. No es verdad. Las Escuelas llamadas del Arte están para pulir diamantes en bruto, pero nunca para sacarlos de minas estériles y agotadas. En Sevilla existen “Academias” que “enseñan” a cantar flamenco a gente procedente de Australia o del Canadá. Mientras consiguen “aprender” se les cobra una jugosa cantidad. Se abusa de la buena fe de personas que consideran el talento natural como algo insustancial. Si no has nacido para torero; futbolista; actor; cantaor o escritor, la formación, por si sola, nunca podrá obrar el milagro de convertirte en un elegido para la Gloria. Nadie que tenga a la lectura como una de sus grandes aficiones-pasiones debería sustraerse del placer de escribir. Da igual que nadie te lea o que quienes lo hagan consideren irrelevante tu manera de expresarte. Escribimos por una necesidad hacia nosotros mismos y si, de paso, consigues interesar a alguien pues miel sobre hojuelas. Insisto: el placer siempre estará en leer lo que otros han escrito más que en nuestras propias elaboraciones. Podemos, eso si, errar solos, sin necesidad de pagar 1.500 “leuros” por matricularnos en una “Escuela de Escritores”.

domingo, 12 de febrero de 2012

¿El arcón cerrado del Flamenco?



A José Blas Vega, que marcó el sendero de la verdadera Investigación Flamenca.

Sinceramente, y asumiendo el riesgo de poder equivocarme, pienso que el armazón del Flamenco está plenamente configurado desde hace bastante tiempo. Sus aspectos musicales, literarios, historiográficos y, antropológicos en definitiva, están definitivamente articulados. Las lagunas existentes se nos muestran hoy como insalvables (por ejemplo el origen del nombre de algunos cantes). Los libros imprescindibles del Flamenco –lo que se dice imprescindibles- no llegan a superar los cincuenta (puede que hasta me haya pasado). Son numerosos los que resultan prescindibles y carentes de verdadero valor historicista. Suelen abarcar aspectos biográficos de artistas o elementos que discurren en el resbaladizo mundo de lo anecdótico. Interesantes -a que negarlo- para enriquecer nuestro acervo flamenco y, de paso, poder deslumbrar a más de un iluso en tertulias de peñas o tabernas. Conocer la personalidad de los artistas se nos aparece como algo fundamental para entender su discurso flamenco. Pero, sinceramente, que Manolo Caracol desayunase pan con aceite o con Tulipán no debió influir en sus genialidades cantaoras. En no pocas ocasiones se entremezcla la Historia con la Literatura (la Historia es otra cosa: analiza los contenidos en detrimento de los continentes). Se pone el acento en curiosidades personales que, en no pocas ocasiones, se nos revelan como relativamente trascendentales. Insisto: no se trata de deslegitimar aquello que resulte enriquecedor para el estudioso y/o aficionado del Flamenco, sino de separar la paja del trigo. Mi más que copiosa biblioteca flamenca está llena de libros prescindibles. Puedo decir que los he leído todos (los buenos y los menos buenos). Hermosos, sentimentales e incluso, si me apuran, muy bien escritos pero poco o nada clarificadores. Cuanto se puede aportar sobre las distintas peculiaridades del Flamenco ya ha sido dicho, escrito y grabado. ¿Cerramos pues el Arcón a perpetuidad? Para nada. El Flamenco es un Arte, más que vivo, de pulso palpitante y siempre nos está deparando agradables sorpresas. Pero insisto el “Edificio” ya hace tiempo que está construido. Cuantas aportaciones se hagan para enriquecerlo bienvenidas sean pero, si esto no fuera posible, no desfiguremos si acaso su hermoso armazón. Los artistas a lo suyo: crear desde la libertad. Los estudiosos a seguir investigando por si suena la…guitarra. Los aficionados a seguir alentando una llama que cada día se nota más difusa y apagada. Cada uno en su sitio, y procurando que no se deforme –aún más- este extraordinario legado andaluz heredado de nuestros mayores. Más que nacer sabiendo creo que lo vital es envejecer aprendiendo….algo más de Flamenco.

viernes, 10 de febrero de 2012

Pienso; analizo y discrepo: luego existo.



“Ya he llegado a la conclusión de que generalmente uno piensa algo diferente a lo que debiera; dice algo diferente a lo que uno piensa; y los demás entienden algo diferente a lo que en realidad uno ha dicho” - Karel Capek -


Me parece absolutamente legítimo y natural que sobre una cuestión determinada existan diferentes puntos de vista. Incluso, entre personas que comparten muchas de sus afinidades ideológicas, sociales, corporativas o culturales. Discrepar es disentir en la afirmación, y es afirmarse a través de la negación sobre conceptos desarrollados por otro. Reconozco sin ambages que no me apetece a estas alturas de mi vida cansarme –y mucho menos cansar a los demás- participando en debates que muchas veces solo conducen al laberinto de lo insustancial (no por lo que digan los demás –que sería un ejercicio de petulancia por mi parte- sino por entender que entre todos hemos engendrado una Sociedad donde nadie escucha a nadie). Como es preceptivo tengo una ventana abierta a los “comentarios” en mi Blog. Se suele utilizar muy poco, y la mayoría de las veces por benevolentes amigos que, caso de mostrarse poco de acuerdo con lo expresado, reconducen los Toma de Horas hacia terrenos intelectuales de mayor calado. No suelo contestar ningún comentario por ya considerar mis respuestas irrelevantes y con pocos visos aclaratorios. Nadie piense –los que me conocen ni lo dudan- que en mi falta de respuestas hay algún atisbo de descortesía o de impostada petulancia. Con las infinitas posibilidades que ofrece Internet me han pasado cosas desde que funciona mi Blog verdaderamente sorprendentes. Recibir un e-mail de un antiguo compañero de “mili” del que hacia cuarenta años que no tenía noticias, para decirme que es asiduo lector de mi Blog. Pararme alguien en la calle, a quien no tenía el gusto de conocer, para comentarme alguna “Entrada” del Blog (en sentido positivo o negativo). Algunas cosas más que no desvelaré por un cierto sentido del pudor. De las ciento cincuenta personas que “entran” a diario creo que podría conocer personalmente a un par de docenas. El resto lo configura una incógnita por despejar y de muy difícil solución. Agradecerles, como no, a todos su deferencia por visitarnos regularmente. No nos mueve –a Salva Gavira y a un servidor- ningún afán de protagonismo, ni tampoco un disimulado canto a nuestra vanidad. Lo hacemos por un pertinaz y noble cariño hacia esta Ciudad que nos vio nacer, crecer y hacernos mayores, y que un día, esperemos que aún muy lejano, nos acogerá definitivamente bajo sus atardeceres primaverales y su manto de noches estrelladas. No quería “entregar la cuchara” sin llegar a conocer a mis nietos y poder dejar escrita una docena de cosas sobre la tierra que me vio nacer. También de manera colateral he terminado escribiendo en este Blog de Política; Toros, Flamenco; cuestiones “filosóficas”; Hermandades y, como no, de mi querido Betis (el río grande y el equipo de las trece barras). No busco la posteridad ni me interesa. Bastante tenemos con la dura supervivencia para encima buscar en vida la imposible inmortalidad. Solo hacerme eco de una Soleá de Triana que cantaba el recordado y añorado Luis Caballero:


Trianilla, Trianilla;
Yo pasé por Trianilla;
Las dos daban en Triana
Las dos daban en Sevilla.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El Graf Zeppelín



El “Graf Zeppelín” fue un dirigible comercial alemán que durante nueve años surcó los cielos del mundo (1928-1937). Tenía una longitud de 236,6 metros. Su velocidad de crucero era de 63 nudos (117 Km. /h). Daba cabida a 24 pasajeros y su tripulación la componían una treintena de personas. Llegó a recorrer por encima de los 2.000.000 de Kms., visitando la friolera cifra de 590 países. Absolutamente recomendable entrar en Internet a través de “Google” y comprobar un excelente muestrario de fotos de su interior. Verdaderamente fascinante. De lo que me quiero ocupar es de la estrecha relación que el “Graf (Conde en alemán) Zeppelín” mantuvo con la Ciudad del Paro. La visitó, nada menos, que en 15 ocasiones, siendo la primera vez en la primavera de 1929. Existen impagables testimonios gráficos de su paso por Sevilla (también fácilmente localizables en Internet). Siempre me dejó una cierta incógnita el motivo de sus reiteradas visitas a nuestra Ciudad. Por el “Estado Libre de Baviera” circula una leyenda (que me acabo de inventar) que dice que cada primavera, el “Graf Zeppelín”, se reconstruye y vuelve a surcar los cielos del Dios Padre para desembocar en el Cielo de la Vieja Híspalis. Solo tiene como finalidad visitar, una vez más, la Tierra de María Santísima. Lleva únicamente como pasajeros a ilustres y eternos Hijos de Sevilla. Suelen viajar en sus apacibles aposentos gente tan diversa como: los Machado, don Antonio y don Manuel; Diego Velázquez; Luis Cernuda; Chicuelo; Manolo Caracol; Bartolomé Esteban Murillo; Antonio Domínguez Ortiz; Manolo González; “La de los Peines”; Paco Cortijo; Jesús de la Rosa; Juanita Reina: Silvio; Juan Belmonte; Niño Ricardo; Marcelo Spínola; Juan Arza; Antonio Susillo; Farruco; Ramón Carande; Vicente Aleixandre; Manuel Vallejo…., así hasta completar el cupo permitido de los 29 pasajeros. No se puede, por razones de seguridad, aumentar el número de viajeros. Todos sevillanos de nacencia o querencia que, tanto monta; monta tanto. Recorren el cielo sevillano en la eterna primavera de los atardeceres luminosos, y sienten clavada en sus almas inmortales la aguda espina de la nostalgia sevillana. Nos hicieron enormemente grandes por tener la dicha de compartir terruño con ellos y, en no pocas ocasiones, el pago que les dimos fue el olvido y la ingratitud. Vienen a buscar sus raíces sevillanas solapados en el interior de un “dirigible comercial” al que llaman el “Graf Zeppelín”. Cada uno tendrá un especifico trozo aéreo de Sevilla que logrará conmoverlo: Pastora, Chicuelo y Caracol la Alameda; Vallejo la Plaza de San Marcos; don Marcelo la de San Lorenzo; Arza el Barrio de Nervión; Belmonte la Plaza del Altozano; Domínguez Ortiz, don Antonio, la Biblioteca Colombina; don Ramón Carande la Hemeroteca Municipal; Juanita Reina la Basílica de la Macarena; Silvio el “Club Yeýe”; Jesús de la Rosa y Murillo el Barrio de Santa Cruz; Velázquez y Niño Ricardo la Plaza de San Pedro; Antonio Susillo la miel de un Cristo situado en el camino de los “que ya no vuelven”; Farruco la techumbre flamenca del Tablao “Los Gallos”; Los Machados el Palacio de las Dueñas; Cernuda la calle Acetres; Paco Cortijo el laberinto de las callejuelas del Moscú sevillano; Manolo González la Puerta sevillana del Osario y, Vicente Aleixandre, cualquier plazoleta con una fuente cantarina, donde se conjuguen el rumor del agua con el acompasado vuelo de los pájaros.

Vienen y se van en el “Graf Zeppelín”. Dejan en el aire aromas de belleza eterna e intemporal. Cada uno a la suyo y nosotros a la nuestro: vivir en una Ciudad hermosa, cargada de Historia y castigada como pocas. Levantemos cada primavera nuestra vista al cielo sevillano, y saludemos emocionados a aquellos que configuraron que Sevilla sea una Ciudad inmortal.

martes, 7 de febrero de 2012

Solo ante…la Gloria



No era un día cualquiera. Era un viernes 3 de febrero. María Santísima de la Candelaria estaba en besamanos. Gestiones bancarias de diversa índole me habían ocupado la mañana (llegará un día no muy lejano en que funcionará el autoservicio bancario). Enfilo apresurado la frontera de la Alfalfa para poder despedir la gélida semana delante de la Señora de San Nicolás. Mi gozo en un pozo. Veo desde la cercana distancia a la Iglesia cerrada a cal y canto. “Tendré que venir a verla mañana interrumpiendo las labores domesticas sabatinas”, me dije para mis adentros. Pero, en San Nicolás, no hay mal que dure cien años ni problema que no resuelva Victorino. Allí estaba en los aledaños de la Plazoleta Ramón Ybarra para proporcionarme un momento de los que difícilmente se olvidan. Me introduce en la cerrada Iglesia por la Sacristía y, después de alumbrarme templo y alma, me deja solo ante la Candelaria. Curiosamente, después de sesenta y cinco años de existencia terrenal nunca la tuve más cerca ni tampoco más mía. ¡Momentazo!, de los que se quedan prendidos en las paredes del alma. Ella y yo; yo y Ella. Le recé un sentido Ave María sin tener muy claro que la letra respondiera al guión establecido. No se si empecé diciendo: “Dios te salve María” o quizás dije “Dios te salve Candelaria”. ¡Que más da!, aquí lo importante no es lo que se dice sino como se dice. “Vito” al facilitarme mi acceso semiclandestino con Ella me dejó escrito este “Toma de Horas”. Buena gente este primitivo y marmóreo “Jefe de Mantenimiento candelario”. Es capaz de mantenerlo todo en perfecto estado de revista incluso conversaciones que se nos antojan ininteligibles. Forma parte de esas personas que las consideramos tan cercanas y cotidianas que solo las valoramos cuando dejan de pertenecernos. Le pedí a la Señora por todos nosotros y para que mi hija tenga un feliz alumbramiento. Que mi futura nieta que nacerá en junio se encuentre una Tierra menos castigada por políticos y especuladores. Fueron diez gozosos minutos absolutamente conmovedores y pletóricos de sentimental sevillanía. Posiblemente la próxima vez que la tenga más cerca ya sea instalada en su paso de gloria y luz. Serán los preámbulos de un Martes que resume en si solo todos los martes del año. Gracias “Vito” por facilitarme este momento de fulgores celestones. Cuando le besé el dedo de su mano que más apunta a los Cielos, comprendí que posiblemente no todo esté perdido y siempre podamos redimirnos ante su Divina presencia. De manera complementaria, cuando “Vito” apagó sus luces se encendieron las mías. Puede, que al final, sea verdad que la vida no es más que un compendio de luces y sombras.

lunes, 6 de febrero de 2012

Los colores de la tarde


Es una tranquila tarde de un sábado de febrero donde las luces se resisten -algo más- en dejarle paso al reino de la noche. El cielo esta salpicado de nubes dispersas, grisáceas y poco compactas. Se mantienen estáticas y suspendidas sobre un techo de cielo celestón. Todavía no es el azul-añil que nos deparará la ya inminente primavera. En los árboles cercanos no se mueve una sola hoja. Esta tarde el frío aguarda escondido para clavarnos sus últimas puñaladas invernales. Al fondo de los bloques de cemento se vislumbran los últimos coletazos del astro sol. Parece un ascua de candela dando su postrer suspiro por la cornisa del Aljarafe. Unas palomas revoletean juguetonas en el pretil de una cercana azotea. Dos niños juegan a”la pelota” en la calle, dejando meridianamente claro que Dios no los llamará para que vivan de la profesión de Leo Messi. Dos octogenarios caminan cogidos amorosamente de la mano para combatir la soledad con el afecto. El luminoso de una cercana farmacia nos recuerda que vive en estado de guardia permanente (paracetamoles del mundo uníos). Todo parece enmarcado en la templanza de las cosas cotidianas. En Radio Clásica de RNE se escucha la Sinfonía nº 2 de Mahler. Acabo de terminar la lectura de “La canción de Dorotea” de Rosa Regás. Asomado a mi terraza veo cuanto os comento. Es una de esas tardes donde Sevilla se nos muestra espléndida en todo su cromatismo exterior. Te pertenece por entero por saberla apreciar y saborear en toda su plenitud. Las murallas del Alcázar no se crearon para evitar invasiones exteriores, sino para salvaguardar las luces que se mueren en los atardeceres sevillanos. Allí queda la luz a buen recaudo para ser liberada cada día en un nuevo amanecer. No son tardes proclives para la melancolía sino para la ensoñación. No hay todavía elementos nuevos –afortunadamente- que las enturbie. Pareciera como si Dios estuviera dando pinceladas celestiales sobre el cielo de la Ciudad. ¿Por qué la belleza es siempre tan corta y efímera? Empiezan en los bloques cercanos a encenderse las primeras luces hogareñas. Se desperezan los “poleosos” del mediodía. Las mujeres preparan café para acompañar a los “palos de nata”. Los niños juegan recluidos en sus confortables cuartos, y los abuelos ven los atardeceres por sus “residenciales” ventanas presos de la melancolía. La tarde se va difuminando sin ofrecer resistencia y sus colores se van perdiendo apresados por las sombras. Mañana será otro día y nosotros seremos algo más viejos. La Ciudad seguirá rodando en su mágico círculo de claroscuros invernales. Las guitarras duermen el noble sueño de los justos guardadas en sus fundas. El Cristo de las Mieles siente sobre su corona de espinas el amargo sabor de la derrota definitiva. Los colores de la tarde nos salvan del naufragio y nos recuerdan que ya va quedando menos. Todo renacerá de nuevo, y los tópicos de la Ciudad nos harán desembarcar, un año más, en la Gloria. Mientras, disfrutemos de esta interiorización al sevillano modo. Estamos vivos y apresados amorosamente por el tiempo intemporal de la belleza más sutil. Los colores de la tarde.

domingo, 5 de febrero de 2012

¿Bajas Tú o subimos nosotros?



Dios reflexionaba con Santo Tomás de Aquino si sería conveniente –visto el panorama actual- mandar de nuevo a su Hijo para que habitase entre nosotros. “Es que lo última vez que lo mandé literalmente lo machacaron. Lo utilizaron de “cabeza de turco” para expiar los pecados de los demás”, comentó Dios bastante dolorido. Santo Tomás se encogió de hombros ante el Sumo Hacedor diciéndole: “Yo en vuestro lugar me lo pensaría, pues esta gente no termina nunca de escarmentar”. Hoy, disponemos de elementos de juicios para considerar que el globo terráqueo no es redondo, sino que es cuadrado como nuestras cabezas. Hemos distorsionado nuestra realidad más inmediata hasta encuadrarla en una sutil dicotomía: las medias verdades y/o las medias mentiras. Vivimos inmersos en una febril actividad que nos conduce de la nada al vacío más absoluto. Las vueltas a los calcetines forman ya parte de nuestra manera de ser y comportarnos. Lo dejó dicho magistralmente don Groucho: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”. Utilizamos para vivir el Plan B cuando todavía no sabríamos discernir en que consistía el Plan A. Todo adherido a las frías paredes de la orfandad más absoluta (la de las almas errantes). La quinceañera del “Dúo Dinámico” se muere de melancolía viendo los atardeceres a través de la ventana de una Residencia de Ancianos. Los perros sacan a pasear a sus atribulados dueños. En Tokio se escucha con profundo respeto la Soleá Apolá. Mientras, en Jerez le rinden pleitesía a Akira Kurosawa. Paco Gandía cuenta sus “casos verídicos” en la Cantina del Cielo y consigue que se rían hasta los gallegos. Expulsan de su Partido a un diputado que se atrevió a afirmar que dos y dos nunca podían ser tres ni tampoco cinco. “¡Hasta ahí podríamos llegar!”, cuentan que comentó airado el Secretario General. Los “Depositarios de las Esencias” de la Ciudad llenan los incensarios de la iglesias con kifi en rama. Los pobres de solemnidad reparten entre los banqueros una parte de sus recaudaciones callejeras. Políticos empolvándose la nariz con los dineros destinados a paliar el paro. Los barqueros reman frenéticos sus barcas utilizando palos de golf. Ateos portando cirios en Hermandades de Sangre y Luz. Cristianos en marciales desfiles caminando gozosos hacia el trueno y la furia. “Gabo” le incluye a sus “Cien años de soledad” una veintena de años más. El Santo Grial mancillado con Gin-Tonic de diseño. Mi vecina pagando de un tirón los dos años de comunidad que nos adeuda. Dios ya no sabe donde acudir y vuelve a preguntarle a Santo Tomás: “¿Tú que eres el colmo de la sabiduría que harías en mi lugar? ¿Lo mando otra vez o no lo mando más?”. El “de Aquino” se calla respetuoso, y la respuesta queda flotando en el aire suspendida en los cielos sobre el estrépito de los bombarderos B-52. Por el desierto del Planeta de los Simios el último de los humanos busca desesperado el regazo de su madre. Las púas de la corona del Señor de Sevilla desprenden –unidas- lágrimas y sangre sevillana. La Candelaria acicala su cara con los reflejos de la luna en los Jardines de Murillo. Los pájaros cantan (en los Juzgados) y las nubes no se levantan. La noche da paso a… la noche y Dios, al que tenemos tan olvidado, ya no sabe que hacer con nosotros. Santo Tomás nos proporciona la clave: “¿Baja Él o subís vosotros?”. Divino y eterno dilema.

viernes, 3 de febrero de 2012

500 razones para seguir



Con el presente “Toma de Horas” llegamos a la mágica cifra de 500 editados. Sinceramente, a mi me parecen una barbaridad la cantidad de momentos y sensaciones secuestradas a la vida para, con la inestimable ayuda y coordinación de Salva Gavira, plasmarlas en el campo de las opiniones y/o emociones. Nosotros no necesitamos ningún “Código deontológico” ni coordinarnos en nuestros enunciados. Solo nos bastó para arrancar priorizar nuestro profundo cariño por esta Ciudad y una común valoración del verdadero sentido de la ética. No tengo reparos en reconocer que no he sido yo quien ha buscado los temas para los “Toma de Horas”, sino que han sido ellos -amparados por las circunstancias- quienes nos han marcado la pauta a seguir. Ocurre como con los personajes de las buenas novelas que le marcan al escritor las sendas literarias a desarrollar. Dado mi insobornable sentido de la independencia y libertad (unido conjuntamente a una cierta neurosis vivencial), creo que nunca encajaría escribiendo al dictado de las líneas editoriales de periódicos y/o revistas. Afortunadamente ni vivo -ni reúno méritos para vivir- de cuanto escribo (tampoco me hace falta mucho más de lo que dispongo hoy para ir cubriendo los días). En el Blog materializo cuantas aspiraciones o veleidades literarias pululaban por mi cabeza. Aquí me siento cómodo y afectuosamente respaldado por mi gran valedor: Salva Gavira. Somos respetuosos en nuestras opiniones, aunque insobornablemente fieles en la defensa de esta maltratada Ciudad. Nada nos ha resultado ajeno en estos 500 “Toma de Horas”. El Flamenco; los Toros; el Fútbol; el Cine; la Política y sus “personajes”; el sentimiento ante las lloradas ausencias; nuestra Semana Santa y, sobre todo Ella, la Sevilla de nuestros amores y desvelos. Esta hermosa aventura durará lo que Dios quiera que dure. Tenemos ilusiones por seguir compartiendo nuestras opiniones y emociones con gente que sienten lo que nosotros sentimos. Unas veces acertaremos y otras derraparemos. No nos importa, tenemos cuerda para rato y siempre aprenderemos de nuestros errores. Cuando ya no estemos nunca nos pondrán una calle en la Ciudad ni puñetera falta que nos hace. Dicen que cuanto se cuelga en Internet permanecerá allí para siempre. Pues ese será nuestra mayor gratificación: que alguien encuentre dentro de muchos años un “Toma de Horas” flotando por los cielos –sevillanos- de la Red y consiga emocionarse con su lectura. Posiblemente diga: “¿Juan Luis Franco; Salva Gavira? No conozco quienes eran pero, a no dudarlo, estos si que amaban profundamente la Ciudad”.

jueves, 2 de febrero de 2012

Sonata de pasión y pena


(A Emilio Jiménez Díaz)

Notó como los caballos del desconsuelo
entraban a tropel por los vericuetos de su alma.
No tenía frío: era el frío quien lo tenía a él.

Comprobó que siendo verdad que los muertos
se quedan irremediablemente solos,
no resulta menor la soledad de los huérfanos.

Dios le dijo: “Compañera te doy”,
pero omitió decirle:
“…Y compañera te quito”.

Se buscó en la pena amarga de la Siguiriya
y el musitado rezo en la calle San Jacinto.
Se encontró con el alma desnuda de la sonanta
Y la lágrima monocorde de un cirio de Novena.

En califato melancólico de media luna
y en el plenilunio de la Plazuela.
En poemas de fuente cristalina
y en Cantes que arañan el alma.

Supo aliviado que compartían su pena
gente de caminos compartidos;
sangre de su sangre que Miguel
situaba agrupada en el costado.

Triste Sonata de Pasión y Pena
que Dios pergeña en pentagrama;
rojo amapola que envuelve la azucena
que hoy pasa bajo el Puente de Triana.

miércoles, 1 de febrero de 2012

28 –perdón 29- preámbulos para la Gloria




Empieza a rodar este congresista Febrero sevillano. Eterno preámbulo de lo que está por llegar y que siempre termina llegando. Creo que más que “Febrerillo el loco” la denominación correcta para llamarlo sería “Febrero el impactado”. Este año tiene, encima, 29 días con sus correspondientes 29 noches. Nos llega herido por los tempranos atardeceres y ahíto de frió en cuerpo y alma. Dulcemente combatido al calor de la “copa” en torno a la hogareña mesa de camilla de antaño.

Mi niñez se hace oración
En una mesa camilla.
Copa de cisco picón
Aventando mi semilla.

Mi abuela cose una blusa
Mi madre hecha alhucema,
Mi padre canta su pena
Mi hermano busca su musa.

En una tarde invernal
Leyendo a Emilio Salgari
Suena el agua en el cristal.

Gotas de melancolía
Con las luces secuestradas;
Pentagrama de armonía
¡Por las almas derrotadas!

Febrero es el mes en el calendario sevillano donde ya se vislumbra en el horizonte el pórtico de otro Domingo de Ramos. Este año Febrero, por varias razones, se nos aparece en las calendas sevillanas dotado de una cierta singularidad. En este mes los Socialistas celebrarán en Sevilla (única plaza mantenida en las Generales) su Congreso. Uno de los últimos asideros para que quienes nos seguimos considerando social-demócratas tengamos un cierto atisbo de esperanza (en Sevilla la Esperanza es lo último que se…gana). También los “peperos”, para no desentonar, celebran en Febrero su Congreso Nacional por tierras hispalenses. Veremos como al clamor de la victoria el incienso termina por cubrir el cielo sevillano. Todo enmarcado en la conquista o defensa política de Andalucía. Celebraremos, pasando por caja, el “Día de San Valentín”. Recuperaremos en la memoria sentimental un trozo de película (“El Día de los Enamorados” de Fernando Palacios), con una secuencia eterna donde Conchita Velasco, María Mahor, Katia Loritz y Mabel Karr van sentadas en la trasera de un descapotable mientras cantan…”Hoy es el Día de las Enamorados……San Valentín yo no te olvido…”. La imperecedera hermosura de estas bellísimas mujeres paseando por un Madrid raptado por la magia del Cine. Cerraremos, antes de cortar la segunda hoja de los almanaques, con la celebración del “Día de Andalucía”. ¿Qué podemos celebrar hoy día en esta tierra azotada por el Paro?

Existen miles, muchas miles de familias, pasándolas “canutas” sumidas en la ancestral desesperanza de una tierra siempre ingrata con sus hijos. La grandeza del andaluz está, o bien en el pasado de su Historia, o en el futuro que nace de las mentiras de los políticos. El presente ni está ni se le espera. Llega Febrero y se irá como ha venido. Con sus menguantes días y con el cercano ruido de sables de los iconoclastas y los enfervorizados capillitas. Febrero, que empieza con F de Fanatismo, pero también con F de Fe.