miércoles, 5 de diciembre de 2012

El alma del folio en blanco


Canta “Chocolate” por Siguiriya y los cerrojos de las cárceles chirrían en las largas noches de frío y desconsuelo. Por la Sierra de Grazalema las amapolas se ruborizan ante el suave beso del sol de la amanecida. Eduardo Pérez, allá por el Campo de los Mártires, organiza su copioso archivo de Jazz mientras su perra “Yola” ladra desde la ventana a los viandantes que les resultan extraños. El Padre Ayarra toca el órgano de la Basílica del Señor y la oración se transforma en pentagrama del alma sevillana. Manolo Henares, moja su honda sevillanía caracolera con un “Coronel” en la Taberna de “El Rinconcillo”. Natalia Heredia, provoca cada mañana “overbooking” en el ascensor entre niños y enseres escolares y, gentilmente, te dice: “Pasa Juan Luis, que cabemos” (buena cosa es que te dejen pasar en “Libros de Familias” ajenos). Andalucía en general, y Sevilla en particular, se quedan pequeñas para acoger a tantos parados. Ya no caben en esta tierra ni más parados ni más buitres carroñeros. La poesía es un arma cargada de futuro en una Región, la nuestra, donde los poetas no encuentran quienes les presten folios en blanco. Todo está contaminado por la usura y la barbarie legalizada. El Cristo de los Desamparados en la Iglesia del Santo Ángel le pide amparo a su Padre Celestial. Los niños se agarran de la mano de sus abuelos para que sus padres no pierdan su sitio en la cola del Paro. El Mercadillo del Jueves es ya de hecho un mercado de ropa usada. Hemos pasado de adquirir “ropa de marca” a comprar ropa marcada. Los europeos del Sur formamos parte de una dócil infantería a las órdenes de generales prusianos. Dentro de tres días las Conchas se abrirán para mostrarnos las perlas inmaculadas que cobijan en su interior. Se nos muere la gente sin poder hacer nada por evitarlo. Los desahuciados, victimas de la cruel rapiña, se ahorcan desesperados con la soga de los pozos secos de sus casas. El alma del folio en blanco late tras los destellos de los ordenadores encendidos. No sabemos ya ni porque ni para quien escribimos. Por una deformación infantil seguimos buscando estampas de futbolistas en las tabletas de chocolate. El escritor Javier Marías, en un gesto tan honroso como inusual, rechazó un Premio literario de 20.000 euros. Dijo que lo repartieran allí donde no pueden leer por tener los estómagos vacíos. Catedráticos de la “Facultad de lo Políticamente Correcto” proponen instaurar un Premio a la inutilidad en la gestión política: lo llamarían “José Luis Rodríguez Zapatero”. Con motivo de los “Recortes” este año los Reyes Mago harán su estelar travesía hacia Belén andando. Lo canta, por Soleá, Guillermo Cano: “Vivo buscándome en el tiempo / soy algo más que una voz / dibujando con melodía sus tormentos”. Vivir sin esperanzas no es vivir: es morir viviendo. Por la calle Tetuán te paran cada diez metros para que te apuntes a algo. Por la de las Sierpes, gitanas de verde luna, te ofrecen una matita de romero con el añadido de leerte en la mano la buena (o mala) ventura. Por calle Sagasta los rumanos te piden que los ayude a terminar un nuevo día con algo que llevarse a la boca. Buscar el sosiego, paseando por una Ciudad donde domina el desosiego, es tarea tan estéril como imposible. Los maniquís de los escaparates ven pasar de largo a los viandantes sin siquiera parase a mirarlos. El alma del folio en blanco palpita en la pantalla del ordenador esperando contenidos. Son malos tiempos para el necesario temple y peores para el escapismo. Canta “Chocolate” por Siguiriya y los cerrojos……. se abren a la vida.

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