domingo, 15 de enero de 2012

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No tengo reparos en reconocer que con mi incorporación a Internet mi vida intelectual (perdón por la petulancia) cambió sustancialmente. A mí me resultó una “Herramienta de trabajo” valiosísima y se me abrieron unas expectativas hasta entonces insospechadas. La guinda al pastel me la proporcionó el nunca suficientemente querido y valorado Salva Gavira, cuando me creó un Blog para poder expresarme con absoluta libertad. Esta es una pequeña ventana que abro periódicamente al exterior para expresar y compartir mi mundo interior de opiniones y sensaciones. He podido comprobar que se asoman de manera fiel más de ciento cincuenta personas diarias. Algunas serán gente amiga y otras a las que no tengo el placer de conocer siquiera. Que tomen en consideración lo que tú piensas en voz alta, y posiblemente como lo expresas en el papel, es para mí un ejercicio de reflexión y motivo de agradecimiento. Más de ciento cincuenta “visitas” diarias las considero el número perfecto, pues si alguna vez pasara súbitamente a las mil cerraría la cerradura de mi puerta con doble llave. Nunca me fascinó la cantidad en detrimento de la calidad. Poquitos, pero sensibles con la cultura y la belleza amén de críticos con las cosas mundanas. Internet, como en todos los ordenes de la vida, es sumamente interesante cuando acertamos a la hora de elegir bien. Está llena de verdades y mentiras y, el poder delimitarlas, depende íntegramente de nosotros. Tengo una “Agenda de favoritos” a la que todavía, afortunadamente, no he precisado dar de baja a nadie e incluso, de vez en cuando, le incluyo alguna nueva incorporación. Solo atiendo los e-mail que me llegan desde esta “Agenda” y curiosamente son bastantes y de temáticas perfectamente clasificables. A saber: un tercio es –era- para darle caña al PSOE y al “ínclito” Zapatero (ya afortunadamente desaparecido en combate). Otro, con mensajes subliminales complementados con excelentes fotos paradisíacas y que son un bucólico –y bien intencionado- ejercicio de “buenísmo militante”. Filosofía franciscana en toda su pureza. El último tercio lo compone una especie de misceláneo de lo más variopinto. Videos espectaculares con acciones trepidantes en plena naturaleza. Testimonios históricos de un valor incalculable. Actuaciones musicales que te reconcilian con tu castigado espíritu. Todas las formas posibles de prevenir un infarto. Videos o fotos de países exóticos y un sin fin de situaciones que solo podrías visionarlas a través de la magia de Internet. Afortunadamente pocos, muy pocos, recibo de los que podría denominar de “mal gusto”. Tengo, sinceramente, serias dudas sobre el buen uso que se le esté dando a esta impresionante “Herramienta” (fundamentalmente en un sector nada desdeñable de la juventud). Cada día son más las personas -de todas las edades- que se incorporan a la Red y eso es una gran noticia. Es un campo sin más barreras que la que nuestra voluntad sea capaz de ponerle. En lo positivo es: Libertad, Cultura, Vertebración, Arte, Información, Conocimiento, Amistad y Comunicación. Internet o una ventana abierta hacia la emancipación.

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