miércoles, 27 de julio de 2011

Batracio o rana, he ahí la cuestión



Si alguien se refiere a un varón caucásico con una casuística laboral hipertrófica, nos sumirá en un mar de dudas. Si por el contrario nos aclara que se trata de un jornalero de Trebujena en paro ya es otra cuestión. Un Concejal de nuestro Ayuntamiento de infausta memoria, creó en la Casa Grande un pretendido discurso político culto y, demostrativo de haber leído muchos, muchísimos libros. Ahora que lo han subido los sevillanos al “Palomar” ignoro si se les habrán aplacado sus ínfulas de grandeza dialéctica. Nunca es tarde para corregirnos en aquello susceptible de ser corregido. De todas formas allá cada uno con “su película”. Nuestro hombre, de todas formas, no es una excepción en este Circo en que hemos convertido cualquier forma de relación humana. En las relaciones de pareja de la gente del “famoseo” se actúa con unas claves hartamente repetitivas. Cuando inician la relación dicen: “De momento solo somos amigos y nos estamos conociendo”. Es decir: que ya conocen uno del otro cada lunar oculto en sus hermosos y cuidados cuerpos. Después vendrá la separación. Dirán: “Ha sido el hombre (o la mujer) más importante de mi vida y hemos quedado como grandes amigos, además tenemos una hija en común que es lo más importante”. O sea: “Ya puedes irte a tom….., que estoy harta de tantos “cuernos”. Ya tendrás noticias de mis abogados (siempre los mientan en plural. Como si les llevara el “caso” el Bufete de don Antonio Garrigues) y, olvídate de ver a la niña”. Es que esto carece de lógica: Es el hombre de tu vida; tu mejor amigo y, el padre de tu hija y, ¿lo dejas escapar? Por último tenemos la reconciliación: “Nos echábamos mucho de menos y vamos a darnos una segunda oportunidad”. Es decir: “Dado que no conseguimos un contrato profesional ni por casualidad, vamos a estirar nuestra relación amorosa en los “Programas Rosa” para poder hacer caja”. Luego aparecen dando –previo cobro de sus intervenciones - sus opiniones una cohorte de familiares, amigos, vecinos… ¿Qué existen muchas y honrosas excepciones¿ Dudarlo sería una tontería (perdón, quise decir sutil necedad, para no desentonar). Los analistas descubrieron, hace mucho tiempo, que para captar los mensajes de los políticos había que leerlos entre líneas. Entre lo que dicen, lo que callan y lo que han querido decir, se encuentra la remota posibilidad de interpretarlos. Esto ha trascendido al mundo del fútbol y, ante un desmentido rotundo de un dirigente en relación a un fichaje determinado, le precede pocos días después la presentación oficial del jugador en cuestión. El caudal, significa muchas veces la velocidad de la corriente y no necesariamente la profundidad del río. Hoy, se estila, decir mucho para no decir nada. No ser esclavo, en definitiva, de tus afirmaciones y negaciones. Comprometerse representa tomar partido ante algo o ante alguien y, no están los tiempos para gratuitas significaciones. Cuando entrevistan a un personaje -de los importantes de verdad - de cualquier actividad, y lo ves contestar con naturalidad y sencillez, te redimes de tanto “personajillo” suelto. Ser culto no es- o no debía ser- ir sembrando de erudición los caminos que recorremos. Más bien sería comprender que el conocimiento se adquiere aprendiendo y nunca enseñando para cultivar nuestra vanidad. Maestro o Alumno, al final era esa –y no otra- la cuestión.

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