miércoles, 1 de diciembre de 2010

Santa Genma en el recuerdo



En la muy noble, leal y sufrida Ciudad de Sevilla a 1 de Diciembre del 2010

Residencia Santa Genma

C/ Brasil, 5

41013 – Sevilla

Apreciados y muy valorados amigos/as:

Alguien dijo –y dijo bien- que en la vida todo funciona por ciclos. Hasta la misma existencia está sujeta a este axioma: nacer y morir como las dos caras de una misma moneda. También dijo que es de bien nacido ser agradecido. Por estos dos caminos quiero que discurra esta carta que nace de lo más profundo de mis sentires.

Como bien sabéis mi madre terminó su ciclo en ese afectuoso Recinto el pasado día 25 del corriente. La han trasladado a Sanlúcar la Mayor. Fue una decisión que mis hermanos tomaron unilateralmente y, que como es público y notorio, yo no comparto. Pero en fin allá cada uno con su conciencia. Alguien dijo: “solo critico mis actos pues son los únicos con posibilidades de poder influir en ellos”. Tiempos de almas frías son los que nos han tocado vivir.

Posiblemente en su nuevo destino, mi madre, disponga de mejores comodidades pero difícil, muy difícil, será que encuentre un colectivo de personas con mayores dotes de humanidad y dedicación que la mostrada por vosotros en el difícil día a día. Tratáis con personas en los umbrales de sus existencias y con sus personalidades diluidas en un contexto donde, en muchos casos, se sienten incómodos alejados de sus hábitat naturales. El duro anochecer en definitiva de la existencia humana.

Valoro vuestro trabajo por ser plenamente consciente de la extraordinaria dificultad que el desarrollo del mismo lleva implícito. Doy fe de que en mis innumerables visitas a ese querido Recinto nunca escuché ninguna queja de alguno de los residentes. Curiosa paradoja de que exista una Residencia de Ancianos (no me gusta lo de la 3ª Edad) en el Barrio del Porvenir. El crepúsculo de los años insertado en un enclave urbano con nombre de futuro.

Gracias pues a todos/as por el afecto y dedicación que siempre habéis demostrado hacia mi santa madre. Mi amistad, mi respeto y mi gratitud siempre os acompañarán. No quiero que esto suene a despedida pues es mi deseo visitaros de cuando en cuando. El afecto no se archiva como un expediente administrativo. Un día escribí sobre la sana amistad de un afectuoso francés procedente de Normandía, y un torbellino de belleza de Las Cabezas de San Juan. Así veo yo a Santa Genma: los heridos por los años desembarcando solitarios en la playa de los recuerdos y, las hermosas muchachas andaluzas tendiéndoles sus bondadosas manos.

Nada define mejor los avatares de la vida que las olas marinas: nacen y mueren dejándonos su encaje de gozo y llanto sobre la arena.

Suerte, mucha suerte, en vuestra difícil tarea y, una vez más, reiteraros mi agradecimiento y mi amistad eterna. Siempre vuestro,

Nota adicional: A pesar de que en un principio esta carta estaba destinada a la privacidad, me place insertarla en mi blog como muestra de afecto y agradecimiento a mis “colegas” de la Residencia Santa Genma. Gracias eternas.

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