jueves, 2 de julio de 2009

Hermanas del Gran Poder

( A Lola, que parió para Sevilla dos hermanas del Gran Poder)

Mañana será viernes 3 de julio del 2009. Mañana cuando en la Plaza de San Lorenzo la luz apure sus últimos destellos, tendremos una nueva cita con el Señor de Sevilla. Mañana una mocita y una niña sevillanas cumplirán el rito de un juramento con el Depositario de la Fé en nuestra Ciudad. Mañana Rosa María y Lucía entrarán a formar parte de la extensa nómina de hermanos/as del Gran Poder. Mañana el eterno círculo sentimental que envuelve el pasado, el hoy y el mañana se abrirá para que esta nueva savia forme parte del mismo. Mañana serán acogidas como miembros de una Asociación de Fieles, cuyo fin supremo es el de rendir pleitesía -al sevillano modo- al Hijo de Dios. Mañana serán momentos de emociones compartidas y cómplices sonrisas de felicidad. Mañana se parará el tiempo durante unos minutos, para demostrarnos una vez más que aquí en San Lorenzo no corren los horas sino que palpitan los corazones. Mañana esta mocita y esta niña sevillanas, formarán parte de un entramado sentimental que humaniza la Ciudad a través del Nazareno de Juan de Mesa. Mañana la luz del atardecer se teñirá de azul-añil y la tarde se irá muriendo lentamente por Conde de Barajas. Mañana, todo esto ocurrirá mañana.

Y allí estaremos, si Él así lo quiere. No faltaremos ninguno. Pasaremos lista terrenal los presentes y celestial los ausentes. Dentro de la Basílica notaremos a nuestras espaldas como nos llega un rumor por Cardenal Spinola. Nos traerá un trasiego de sillas en la Campana. Un chisporreteo de cirios encendidos en la noche eterna y un rachear de alpargatas costaleras. Una saeta en la Plaza en la voz de Manuel Centeno. Olor a torrija y a manzanilla. A nardo, clavel y a cera de candelería. A pasado, presente y futuro en el mágico ritual semanasantero de la Ciudad. Cerraremos los ojos un momento para soñar lo que aún nos queda lejano en el tiempo. Al abrirlos nos tropezaremos de golpe con la gratificante realidad de las hermosas cabelleras de una joven y una niña, que delante nuestra están a punto de jurar nuestras Reglas. Y enfrente, en su pedestal de bondad y consuelo, estará Él presidiendo tan hermosa Ceremonia. Siempre rotundo en su dolor y bondadoso en su mirada.
Al Señor del Gran Poder
duele mirarlo de frente
consuela besar su pié
confundido entre la gente
Puedes ir a verlo todos los días y nunca te cansas de contemplarlo. Duele por transmitirnos y hacernos partícipes de su dolor. Consuela por producirnos el consuelo que de Él requerimos. Cada visita es un ruego, una suplica o una queja (lamentando que no atendiera nuestra llamada, pero sin dejar de postrarnos a sus plantas). Él es el faro de nuestra Fé y la misma no puede sino acrecentarse con el discurrir de los años.

Y allí estaremos mañana, será viernes 3 de julio del 2009. La vida es una sucesión de fechas concretas. Retazos de vivencias compuestos por momentos y situaciones solitarias o compartidas. Siempre será preferible montarse en el tren de la Esperanza y la Fé, que dejar pasar todos los trenes instalados cómodamente en la Estación de la indeferencia y el pasotismo.
¡Que triste tiene que ser
notar el agua en los labios
y no quererla beber!


Rosa María y Lucía siempre recordarán este señalado día con el implacable paso de los años. Cada una desde una perspectiva distinta. Una, desde su deslumbrante juventud que se abre al sol y a la vida como un clavel mañanero en la Primavera sevillana.
Suspiro de juventud
que enciende claveles granas
la hermosura en plenitud
ruiseñor cantarín de la mañana
La otra, desde la inocencia de sus pocos años plasmados en sus bellos ojos, los mismos que no hace mucho contemplaron al Señor sintiendo muy cerca su divino aliento: los ojos de Lucía.
Encontré a Dios por Sevilla
cuando se paró el Mesías
y en los ojos de Lucía
fue y derramó su semilla

Y allí estaremos y eso será mañana. No faltaremos ninguno a esta cita con el Dios de nuestros mayores. Allí estará Eduardo, impoluto como un dandi, y que nos guiará por los confines de la Basilica en su permanente ejercicio de sevillanía. Seguro que no faltarán fotos que registren para la posteridad tan emotivo momento. No anda precisamente corta de fotógrafos la saga de los Pardo. Miraremos fugazmente a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, a la que no olvidamos pero que siempre nos dejamos atrás. Ella lo comprende y no tiene celos de su Hijo. Sabe y entiende mejor que nadie que a Jesús, el fruto de su bendito vientre, en Sevilla le llamamos Señor del Gran Poder. Así fue ayer, es hoy y será mañana y siempre en esta Tierra de María Santísima.

Y allí estaremos mañana, será viernes 3 de julio del 2009 y Rosa María y Lucía juraran como hermanas del que habita en San Lorenzo. Mañana, todo eso pasará mañana.

1 comentario:

Stauffenberg dijo...

Reinventando la ciudad y reinventando el tiempo. El que está en San Lorenzo es el reloj vital de muchos sevillanos.

Algún día, Rosa María y Lucía pasarán el testigo de los Viernes en San Lorenzo.