jueves, 7 de mayo de 2009

Carta de ajuste

Siempre ( y de una manera activa y sin dudas al respecto) he mantenido una actitud contraria a cualquier forma de dictadura política, social o cultural. Igual da de derecha o izquierda. Pues ambas no dejan de ser formas autoritarias de poder, donde se pisotean los derechos humanos y la capacidad que debemos tener de discernir libremente. Terminando los “discrepantes” muchas veces –junto o por sus ideas- en la cárcel, el exilio, y perdiendo la propia vida. La Humanidad nos ha propocionado enormes y crueles ejemplos de dictaduras sangrientas –de todo signo- que han empapado la Tierra en todos sus continentes de un denso río de sangre y lágrimas. Todo legado que se base en la razón de la fuerza y no en la fuerza de la razón resulta perverso y a los que he dedicado en el pasado –y dedicaré siempre que se produzca- mis mejores energías en combatirlo, y en ayudar a la instauración de un sistema democrático. Todo el mundo tiene derecho a saborear plenamente el sabor de la libertad en forma de pensamiento, acción y expresión. Discrepar desde el respeto y la tolerancia es la base de cualquier Democracia que se precie de serlo. Dicho esto como preámbulo y para despejar sibilinas dudas, creo sinceramente que las libertades en nuestra España actual, han cruzado peligrosamente la delgada y frágil línea divisoria que separa libertad de libertinaje. Por ahí andamos, y si no somos capaces de sanear nuestro sistema político y judicial caminaremos hacia la nada y el despropósito mas absoluto. ¿Alarmismo?, vean de manera reflexiva lo que nos rodea y ya me dirán si exagero en mis apreciaciones. Absolutamente recomendable la lectura de “La Revolución posdemocrática” de Javier Tusell (Ed.Nobel) o el impagable “Creer en la Educación” de Victoria Camps (Ed.Peninsula).

No es mi intención hacer una tesis sobre los males que aquejan en la actualidad a nuestra maltratada Democracia. Evidentemente no es este “Toma de Horas” el sitio adecuado, ni tampoco estoy seguro de poder aportar algo nuevo sobre el particular. Que sean los políticos, sociólogos, periodistas, escritores y demás mentes pensantes los que nos marquen el cambio de rumbo a seguir, pues ya se hace absolutamente imprescindible “coger al toro por los cuernos”. La corrupción, el pasotismo, el vandalismo y la total carencia de valores (exceptuando poder y dinero) ya no admiten mas paños calientes. Libertad para todos, pero asumiendo que la grandeza de la misma se produce cuando se conjugan derechos y deberes.

No me resisto a comentar el “papelito” que está jugando la televisión (unas cadenas más que otras) en el embrutecimiento y la vileza de la Sociedad española actual. No hay límites para la zafiedad y la vileza. Se están amasando enormes fortunas a costa de llevar a las familias vía catódica una enorme ración diaria de telebasura. Por dinero o por un minuto de gloria televisiva alguna gente no conoce límites morales. Se insultan gravemente –entre ellos- miembros de una misma familia. Se manipulan a menores y se utilizan con bajeza los sentimientos de las personas para enfrentarlas en una lucha sin cuartel.




Se producen juicios paralelos a causas que están abiertas en los juzgados. Estos “periodistas” y los directores de algunas cadenas carecen de cualquier atisbo de ética, con tal de llenar sus ya de por sí jugosas cuentas corrientes. Todo vale y lo que es más grave no solo rechazamos esta “telebasura” sino que nos acercamos en multutud a olerla de cerca. Hemos cambiado los iconos populares españoles del ayer (Rafael Farina, Valderrama, Machín, Alfredo Mayo, Imperio Argentina, Lola Fores, Caracol, Concha Piquer, Juanita Reina. Di Estefáno, Kubala………) por una casposa gama de frikis sin mas mérito que salir mucho en la tele. Van de plato en plato y de insulto en insulto. Programas como “Callejeros” de la Cuatro; “Informe semanal” de TVE;“El Público lee” de Jesús Vigorra o “El Cine español” de Cayetana Guillén Cuervo en la 2 , son oasis en este desierto de caspa y cutrerío.

Da pena y vergüenza constatar (ya actualmente en vías de la TDT), que en la tele en blanco y negro (donde sólo existían la 1ª y posteriormente la 2ª) se daban programas como Estudio 1 y la Clave. Concursos de entretenimiento como el 1-2-3; “Un Millón para el Mejor” y Cesta y Punto. Series de tanto calado como el Virginiano, el Santo, Fortunata y Jacinta, La Barraca o el Fugitivo. Se daban corridas de toros y partidos de fútbol (gratis) y músicas como el jazz, la clásica o el flamenco (ahí está el insuperable “Ritos y Geografía del Cante” de José María Velázquez Gaztelu) no eran ajenas a su programación. ¿Añoranza del pasado?. Lagarto lagarto. Para nada, pues los sistemas dictatoriales contra mas lejos en el tiempo mejor. Pero la Historia no se reinventa ni se adapta a nuestros presupuestos ideológicos. Se analiza y si nos sale blanco pues debemos decir blanco. A modo de la prueba del algodón en las 625 líneas, comparen algo mas reciente: “Farmacia de guardia” con “Aida”; “Yo Claudio” con Escenas de matrimonio” o “Verano Azul” con “Gran Hermano”, y ya me dirán si la cosa no ha ido de mal en peor. Insisto, si la solución pasa por crear nuevas leyes habrá que hacerlo y por vía de urgencia. No se trata de prohibir, sino mas bien de preservar una serie de valores, que algunas cadenas se pasan por el forro con tal de llenar sus arcas. El “todovale” en aras de una manipulada libertad informativa ya no cuela. Al menos para un numero considerable de ciudadanos –entre los que me cuento- que están hartos de tanta pestilencia televisiva.

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