jueves, 9 de mayo de 2024

A vueltas con el tiki-taka

A César Luis Menotti el Leonardo da Vinci del Fútbol 

La vida con sus circunstancias colaterales cambia de manera permanente y evoluciona unas veces para bien y otras para mal.  El fútbol en los últimos treinta años ha cambiado de una manera  drástica.  Se ha ganado en el juego combinativo y se ha perdido una parte considerable de espontaneidad.  Antes los defensas centrales eran muros de contención defensivos y en la actualidad todos sacan la pelota jugada desde atrás.  Por esta Tierra de María Santísima  tuvimos a dos épicos centrales que defendían sus porterías de una manera numantina.  Eran Marcelo Campanal en el Sevilla y  Eusebio Ríos en el Betis.  Despejaban todos los balones que llegaban a sus inmediaciones y la clave era mandarlos cuanto más lejos mejor.  Fue Jesús Garay el primer central que bajó el balón al suelo y empezó a elaborar los ataques desde su propia defensa.  El fútbol que se practica hoy poco tiene que ver con el que se jugaba en los años sesenta.  Ha sido un proceso evolutivo que ha aportado cosas muy interesantes pero que también ha dejado por el camino otras llenas de esencia futbolera.  Hoy predomina en todos los equipos el pase de seguridad.  Se está perdiendo cada vez más el juego exterior (los grandes extremos) con sus desbordes (regates en el uno contra uno)  y está terminantemente prohibido chutar desde fuera del área (eso significa regalarle el balón al contrario).  Tenemos partidos de altísimo nivel donde llevamos 60 minutos de juego y todavía no se ha tirado entre los tres palos ni una sola vez.  Antes los porteros no sabían jugar con los pies pues podían coger la pelota con las manos en cualquier circunstancia (salvo fuera de su área). Hoy tenemos porteros que manejan los pies mejor que muchos jugadores de campo  (dixit Claudio Bravo o ter Stegen).  Aunque todavía perviven algunos  aspectos que casi nunca cambian.  Los mejores jugadores de la actualidad como Mbappé, Vinicius o Haaland  lo son por salirse del juego asociativo y escribir su propio y exitoso guión en cada partido.  Cristiano Ronaldo o Leo Messi (para mí el mejor de la Historia) basaban su rotundo éxito en unas geniales improvisaciones que hacían saltar por los aires las tácticas de pizarra.  Cuando estábamos como espectadores con un soporífero tuya y mía se sacaban un as de la manga y dinamitaban la contienda.  El fútbol sin una cierta dosis de improvisación se convierte en algo anodino e insustancial.  Se juega para ganar pero sin obviar que el buen juego siempre debe llevar aparejado la aparición de las victorias.  El miedo a perder el balón y ser reprendido por el entrenador de turno lleva a geniales jugadores a tener siempre cerrado el tarro de las esencias.  La disciplina es importante pero sin que esta sirva para lapidar el talento natural de cada jugador.  El futbol sin una cierta dosis de anarquía se convierte en un tedioso y monótono  tiki-taka. En esta Ciudad donde hemos disfrutado de Juanito Arza, Luis del Sol, Francisco, Cardeñosa,  Jesús Navas o Joaquín sabemos bien de que hablamos y donde estará siempre nuestros goces futboleros.  Sevilla, en cualquiera de sus manifestaciones, o es Arte o no es nada. 

lunes, 6 de mayo de 2024

Patio de cuadrilla

El pasado viernes día 3 de Mayo se nos presentó como un día aciago para la Fiesta Taurina.  El Ministro de Cultura  (de cuyo nombre no quiero acordarme) decidió por su cuenta y riesgo que se eliminaba el Premio Nacional de Tauromaquia.  Lo importante no era la cuantía económica de este Premio (30.000 euros) sino la intención de poder apartarlo drásticamente del Mundo de la Cultura.  El argumento, tan repetido como cansino, era que esto (los Toros) más que Cultura entraba dentro del maltrato animal.  Cuanto de Arte y Cultura pueda tener (tiene) el Mundo de los Toros (aparte de su fuerte impacto económico) no es algo que ni siquiera se esté dispuesto a debatir.  Picasso, Goya, Lorca, Alberti, José Bergamín, Manolo Sanlúcar o Joaquín Sabina, entre otros muchos, le dieron a esta Fiesta una patina de eterno valor artístico y cultural.  Evidentemente nada que objetar a que existan personas que solo vean la crudeza de los Toros (la sangre) y que esta sola visión les resulte poco o nada edificante. Están en su pleno derecho de pensar así.  Esto nos llevaría a crear una sociedad vegetariana y donde todos los animales que terminan en nuestros platos se mueran de viejos.  Heredé de mi padre sus dos grandes aficiones que eran los Toros y el Flamenco.  Creo que moriré con las botas puestas. Ya soy muy viejo para cambiar.  Aunque no sin cierta tristeza asumo que el futuro de la Fiesta se nos presenta bastante incierto.  Es conveniente no engañarse: el enemigo no esta fuera, lo tenemos dentro.  Los Toros tienen su principal basamento sentimental en el Rito y este siempre se lo daba el pueblo.  ¿De verdad alguien se cree ya que pueblo y toros caminan de la mano?   El Rito terminó de evaporarse definitivamente el día que el Depositario contemporáneo de las esencias toreras se sentó en la primera fila de un mitin de la extrema derecha (si hubiera sido de extrema izquierda mi opinión sería la misma).  Esto les proporcionó una valiosa “munición” a los antitaurinos y ya resultaba complicado desligar la Fiesta con la Derecha mas reaccionaria.  Conozco de primera mano que entre los viejos socialistas existen buenos aficionados taurinos.  La Fiesta nunca fue de izquierdas ni de derechas pero la miopía de algunos y los intereses partidistas de otros la han puesto  (nunca mejor dicho)  a los pies de los caballos.  Ahora les toca lamerse las heridas y repetir hasta lo saciedad que la Fiesta de los Toros es apolítica.  ¡A buenas horas mangas verdes!  Es dificil, muy difícil, interpretar la Historia de la  Ciudad de Sevilla sin que aparezca la magia de lo taurino.  Corren malos tiempos para la lírica….de los Toros.  No es solo una cuestión de respeto y entendimiento entre personas, es simple y llanamente una cuestión de saber exponer sensibilidades.  Los Toros de Lidia sin la Lidia dejarían de existir.  Esto conllevaría  a  la eliminación de las dehesas (ecología campestre en estado puro) y a la eliminación de muchos puestos de trabajo.  El Arte y la Cultura en clave andaluza y española serían menos Arte y menos Cultura.  Aunque no seamos ingenuos: aquí de lo que se trata es de cercenar  las verdaderas raíces españolas.  Estoy seguro de que se resistirán a esta debacle de manera numantina Sevilla, Zaragoza, Madrid y su principal fortín: los Sanfermines de Pamplona.  Suenan los clarines en la tarde abrileña cuando ya el anochecer se otea por el horizonte.  Nuestros nietos sabrán de los Toros por la IA (Inteligencia Artificial).  Cosas veredes amigo Sancho (una frase del Quijote que no aparece en el Quijote).  Bendito y complejo país el nuestro.  Los gurús de la libertad de expresión terminan coartando la de los demás. 

viernes, 3 de mayo de 2024

La vida en el espejo



“El espejo donde te mira
te mira como tú eres
pero nunca te dirá
los pensamientos que tienes” 
 (Soleá – Camarón de la Isla)


Las brujas, para blanquear su maldad, le preguntaban a los espejitos mágicos si seguían  siendo las más guapas del Reino.  Los espejos, como fieles cortesanos, le respondían que sin ninguna duda ellas eran las más bellas. Tampoco era plan de enfrentase al Poder pues ya sabemos las consecuencias de la noche de los cristales rotos.  En la Historia del Cine los espejos son algo más que un elemento accesorio y se nos configuran como algo fundamental en la trama.  En ellos se reflejan los rostros de la maldad y, paralelamente, también aparecen los de la bondad y la belleza.  Los malvados siempre le sonríen al espejo como ejemplo de que para ellos ser malos siempre tendrá un aliciente añadido.  Los buenos casi nunca se miran al espejo (no lo necesitan) y en las mujeres bellas son los espejos los que se miran en ellas.  El espejo siempre es el mismo; varia quién está frente a él.  Una película de suspense sin un espejo es lo mismo que una bandera sin un palo.  El espejo, tu espejo, es un fidedigno compañero de viaje que te va mostrando cada día  el  fiel  testimonio del paso de los años. Te va marcando la crónica anunciada de tu desgaste físico.  Nunca engaña y  te suele avisar con antelación que nuevas anomalías, dignas de ser atendidas, presenta tu cuerpo.  Recuerdo que en mi juventud cuando se quería alabar el físico de una mujer  siempre se decía que “tenia muy buen tipo”.   Aunque el latiguillo posterior dejaba incompleto el piropo: “tiene muy buen cuerpo pero de cara no es muy agraciada”.  Seguro que el espejo le aclaraba a la interfecta esta dicotomía pues allí se reflejan cuerpo y cara.  Dicen los poetas que cuando la luna se refleja en los ríos estos hacen las veces de espejo y devuelven su imagen plateada a los olivares del campo.  En la mágica y excelente novela de Juan Marsé (El embrujo de Shanghai-1992) los espejos se nos manifiestan tanto física  como metafóricamente.  Alicia se abría paso hacia el País de las Maravillas a través del espejo.  Dicen que la cara es el espejo del alma aunque suele ocurrir que ni todas las caras tienen alma ni todas las almas tienen cara.  Los espejos permanecen inertes a la espera de cobrar vida con la presencia humana.  Cantaba  el gran Serrat que su madre crió canas pespunteado pijamas y su padre se hizo viejo sin verse en el espejo. Mi padre se peinaba y se afeitaba sin necesidad de mirarse al espejo.  Seguro que la realista imagen que este le devolvería no seria de su agrado.  Vivió toda su vida sin espejo y cuando creía tener algo raro en la cara le decía a mi madre que se lo mirara.  Seguro que le daba más crédito la opinión de su compañera que la que le podía proporcionar el espejo.  El espejo, los espejos y los espejismo como fieles testaferros de nuestra andadura terrenal.  Los reflejos como el gran enigma de esto que llamamos vida.